Anochecer

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El sonido de las olas era ensordecedor, el mar estaba furioso y la brisa soplaba con fuerza. El sol se iba ocultando en el horizonte frente a Mauro, mientras poco a poco la oscuridad de la noche cubría todo. De pie en la arena, vistiendo ropas negras que se sacudían al compás del viento, estaba esta vez solo, ya que su compañero no estaba con él.

Mientras la oscuridad lo arropaba lentamente por la espalda, Mauro pensaba en todo lo que había transcurrido en tan poco tiempo. Como su responsabilidad escalo de la Villa, a escalas cósmicas, en un abrir y cerrar de ojos. Aunque aun estaba dudoso de todo lo que el Iluminado le había enseñado, sabia que esta vez era completamente distinta a las otras veces, a sus otras vidas.

Los Iluminados habían intentado matar a Thony en mas ocasiones, que las que habían venido a por él. Lo que implicaba que él, era una pieza fundamental que debían apartar del camino para concretar sus planes. Por ende, Mauro haría todo lo que estuviera a su alcance para recuperarlo, y juntos, combatirlos a todos.

El sitio donde Mauro estaba parado no era cualquiera, estaba justo en el lugar donde Tulu lo mato y lo maldijo. En una de las tantas visiones en las que Tulu se le apareció, este le contó como había hecho aquel hechizo, y cual era el sello que lo mantenía. Mauro podia ver bajo sus pies aquel sello, que a pesar de los años, aun se mantenía fuerte, y sus trazos, aun emanaban energía oscura.

El sello era enorme y estaba conformado por varias figuras geométricas superpuestas. Acompañadas de tres letras grandes y una inscripción que rezaba en latín.

El espíritu siempre protegerá este lugar.
Hunc locum semper tuebitur spiritus.

Si Tulu le había mostrado esto, fue porque en su inmensa sabiduría, había contemplado el escenario en el que Mauro debiese romper el sello. ¿Para que querría alguien romper un sello que le hace inmortal? Se podrían preguntar. Pues bien, cuando Tulu sello el alma de Mauro, también sello su Don natural. Aquella cadena dorada y poderosa que emanaban de su brazo, quedo atrapada en el sello y nunca mas pudo volver a usarla. Esta cadena la tuvo incluso antes de convertirse en brujo, y su uso no le implicaba ningún desgaste energético.

Con el nivel que había alcanzado hasta ahora como brujo y a eso, sumarle su Don, ciertamente elevaría su poder por las nubes. Su plan no era romper el sello por completo, solo quería recuperar su Don intentando mantener la inmortalidad. O mejor aun, si el tiempo y la sabiduría se lo permitían, le gustaría modificar el sello, reduciendo el tiempo de resurrección. Los pensamientos de Mauro fueron interrumpidos, cuando el anciano líder de la cofradía llego.

- El ritual de las cuatro esquinas ¿Enserio crees que de eso se trata? - preguntó el anciano.

- Estoy completamente seguro.

- ¿Y como planeas evitarlo?

- El ritual de las cuatro esquinas, necesita cuatro esquinas o sellos, si agregamos o quitamos una esquina, el ritual fallara - respondió Mauro sonriente mientras pateaba un poco de arena.

- Los rituales de sangre, solo aparecieron en los lugares, no podrás evitar que el cuarto sacrificio aparezca en el lugar acordado. Lo que significa que agregaras una quinta esquina.

- Exacto - respondió Mauro.

- ¿Y como carajos planeas hacer eso? La cantidad de energía necesaria para que tu sello opaque o se asemeje a los otros cuatro, debería ser absurda.

- Eso no es de tu maldita incumbencia, mejor metete en tus asuntos. ¿Que mierda esta haciendo tu cofradía? En lo que a mi respecta, solo los veo haciendo los preparativos para su tonta semana santa. Si no trabajamos juntos en esto no quedaran calles sobre las cuales caminar - respondió Mauro al anciano mientras lo miraba fríamente.

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