17- Contraataque

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🔴Advertencia: Este capítulo contiene escenas de acoso escolar y violencia familiar. Bajo ningún motivo se promueve este tipo de conductas. Esta es una historia ficticia.










[18 años atrás]

El nacimiento de una amistad correspondida, causó felicidad en Hanji que logró rápidamente integrarse a la pandilla conformada por Mike, Erwin, Levi, Nanaba y Petra.

Le gustaba la escuela y los chicos en su gran mayoría eran amables. A pesar que Nanaba y Petra eran amigas desde el jardín de niños, no demostraron incomodidad con la llegada de la alumna nueva.

No obstante, Hanji mantenía una mejor afinidad con Mike que con el resto. Quizás por ser el primero quién la trató con amabilidad.

—No está— Nanaba buscó en todos los bolsillos de su mochila.

—Quizás lo olvidaste en el casillero— respondió Petra al azar.

—Estoy segura que lo tenía aquí— Nanaba se mostró inquieta.

—Tienes tantos labiales que no importa si pierdes uno, sólo compra otro y ya. Además, no tenemos permitido usarlo en clase— masculló Petra, cambiando de página del libro de romance adolescente que leía.

El origen de su molestia, es que en el último tiempo sus cosas desaparecían con bastante frecuencia. No era el primer labial que extraviaba en condiciones misteriosas. Nanaba bufó sintiéndose irritada y verificando que aún quedaban algunos minutos de receso, es que se levantó emitiendo bastante ruido con la silla, para buscar su labial favorito.

Levi levantó la mirada, por el desagradable ruido y entonces regresó a sus asuntos.

Minutos más tarde, Nanaba abrió la puerta de su casillero y luego de registrarlo por completo, es que no encontró nada que pudiera parecerse a un labial.

Nanaba analizó con la mirada a las chicas de su clase a su alrededor. Todas ellas la conocían lo suficiente como para saber, que no era alguien a quién jugarle bromas molestas.

—¿Qué miras? ¿Se te perdió algo? —la burlona voz de Yelena llegó a sus oídos.

—Nada que te importe— Nanaba se giró molesta en su dirección.

—Y yo que pensaba decirte quién ha estado tomando tus cosas— Yelena dibujó una falsa mueca triste—. Está más cerca de lo que piensas.

—Lo que tú quieras decirme, no me interesa. Aléjate de mí, marimacha.

Nanaba cerró con fuerza su casillero, disponiéndose a alejarse de aquel sitio. Si antes estaba molesta, ahora estaba furiosa y lo estaba más desde que Yelena comenzó a lanzarle besos.

Yelena dejó de sonreír burlona, en el momento que vio a Nanaba dar la vuelta en una esquina. Si la escuela era una porquería, lo era más para las marginadas como ella. Salir del clóset como lesbiana era jodido, sobre todo en sitios donde abundaban estúpidas princesas descerebradas como Nanaba.

Secretos en el paraíso [Levihan / Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora