Secretos en el paraíso [Levihan / Historia completa]

7- Conexión

Era entrada la noche cuando Hanji le comentó a Levi que se reuniría con Nanaba, para beber algunos tragos y le preguntó si quería unirse a la inesperada noche de chicas.

Bailar no era algo que entusiasmara de verdad a Levi y a pesar de que era una idea bastante buena para pasar tiempo a su lado, por el tono de voz de Nanaba, era como si de pronto tuviera la impresión de que su presencia sería más una molestia que un complemento. Es por esa razón, que Levi decidió regresar a casa.

Mientras Levi subía a su auto luego de una no tan buena noche de transmisión, recibió una llamada de Petra.

—¿Sí? ¿Qué ocurre? De acuerdo, dame unos minutos. Estaré ahí en breve.

Levi finalizó la llamada, ajustándose el cinturón de seguridad y algunos instantes más tarde salió del subterráneo del edificio donde transmitía durante las noches.

Tras largos minutos conduciendo, Levi divisó a Petra sentada en una solitaria parada de autobús.

Petra levantó la mirada al ver llegar a Levi y se secó las lágrimas recientes, antes de abrir la puerta y sentarse a su lado.

—¿Qué ocurrió? —preguntó Levi en un evidente tono preocupado.

Por supuesto que no podía pretender preguntar eso sin que Petra comenzara a llorar otra vez.

A partir de ese momento, Levi pudo oír palabras entrecortadas, llanto y un constante sorber de narices. Por lo que de esa historia solo pudo entender que mientras esperaba por el último autobús de la noche, un sujeto en auto se detuvo y amparándose bajo la oscuridad reinante, intentó subirla a la fuerza a su auto.

—Llamé a Nana y a Hanji, p-pero ninguna de ellas m-me r-respondió. L-lo siento p-p-por llamar t-tan tarde— Petra seguía llorando e hipando.

—¿No te hizo daño? ¿Debería llevarte a un hospital?

Petra negó con la cabeza, por fortuna solo fue un muy desagradable susto.

—Te llevaré a una estación de policía para que puedas reportar la situación. ¿De acuerdo? Tranquila, todo estará bien.

Ella solo asintió y Levi condujo por la ciudad, buscando la estación policial más cercana.

—Gracias por preocuparte— Petra se secó las lágrimas.

—No es nada, si algo así ocurre otra vez no dudes en llamarme.

—Hanji tiene mucha suerte de tenerte. No creas que no me doy cuenta que entre ustedes hay algo más que simple amistad.

—¿Es tan evidente? —preguntó Levi observándola por un segundo antes de regresar la vista al frente.

—Lo es, de todos modos no te podría imaginar con otra persona. No te lo tomes como algo personal, pero si no fueras nuestro amigo pensaría que eres muy extraño. Supongo que solo Hanji puede lidiar con tu peculiaridad.

—Como si ella actuara como la persona más normal.

—A eso me refiero, son tal para cual. ¿Piensas confesarte pronto?

—No veo el apuro.

—¿Has pensado qué harás si ella conoce a alguien más? No deberías dar por sentado que la tienes. Hanji es muy lista y linda. ¿Qué vas a hacer si la pierdes?

—La verdad no lo he pensado. Quiero decir, ella puede salir con quién quiera.

—¿Y no preferirías estar tú con ella?