La sangre es más espesa que el agua

Declaraciones Peligrosas

Hola, Hola! Cómo están preciosas criaturas? Lo sé, me demoré un montón en actualizar, he estado enferma y no tenía las fuerzas para escribir, pero  ya estoy un poco mejor, así que aquí les traigo el capítulo.

Muchas gracias por sus votos y comentarios, además de leer por supuesto, mil gracias!!!

Perdonen todos mis errores!

Disfruten de su lectura.

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Hizo una reverencia a ambos líderes de secta que se dirigían al despacho de su tío, para luego caminar lo más rápido hacia la figura de negro arrodillada que le daba la espalda. Sabía que WuXian se había ido a los golpes con ZiXuan, provocando así su expulsión de los Recesos de las Nubes, pero no sabía cuál era la causa de todo el pleito. Se agarró los bordes de sus mangas ansioso, pensando en que WuXian lo debía de haber estando pasando mal. Grande fue su sorpresa al ver que el chico de hermosos orbes grises estaba jugando con un hormiguero.

—¡Ah, Lan Zhan! —Le sonrió el Alfa sin una pisca de remordimiento.

—Wei Ying, ¿Te das cuenta que te expulsaron? —Frunció el ceño desviando la mirada— ¿Por qué lo hiciste?

—Porque ese pavo real se lo merecía, no se expresó bien de mi Shijie... Es un idiota —En efecto, que ZiXuan no hablara bien de YanLi, le enfureció, pero el detonante de que llegara a los golpes, fue otra cosa...

Si deshago mi compromiso, nada me impediría cortejar a Lan WangJi.

Wei WuXian no pensaba que era celoso... No hasta que escuchó aquellas palabras, ¡¿Cómo se atrevería Jin ZiXuan a cortejar a Lan Zhan?! La furia lo cegó queriendo destrozar al Alfa y así fue como perdió los estribos, pero obviamente no le diría este detalle al Omega más bonito que ha visto.

—Wei Ying es muy impulsivo —Bajó la mirada aun jugando con los bordes de sus mangas— Yo... Quería despedirme y agradecerte... Por las cosas que has hecho por mí —Suspiró tras hacer un gran esfuerzo para expresarse.

—Ya te he dicho que no me agradezcas, no me gusta —Se quejó volviendo su atención al hormiguero.

—Ten un buen viaje de vuelta a Yunmeng —Al ver que el Alfa no le estaba poniendo atención, se marchó, tal vez refugiarse en el pabellón de la biblioteca le haría bien. No podía mentir y decir que la ida de WuXian no le afectaba, porque sí lo hacía.

Pasaron las horas, WangJi leía un libro en un silencio absoluto que admiraba la belleza del Omega, los mismos discípulos de la secta siempre parecían ensimismados cuando WangJi se cruzaba con algunos de ellos, como si respirar el mismo aire que WangJi fuera un privilegio. La belleza del segundo Jade y el hecho de que fuera Omega, eran un motivo bastante justificado para que nadie se le acercase. WangJi estaba acostumbrado a la soledad, pasar tiempo con su hermano le era suficiente, no necesitaba otra compañía en su vida.

Pero la vida de WangJi no era fácil, no cuándo aquellos bonitos orbes grises entraron por la ventana del pabellón de la biblioteca, con una sonrisa coqueta y una mirada de encanto. Al parecer WuXian no se había ido aún.

—Lan Zhan, no me despedí bien de ti —Dijo sonriente ocultando algo entre sus túnicas— Así que te traje esto como regalo —Reveló lo que sus túnicas escondían, eran dos bolitas suaves que se removían al ser tomados, eran un conejito blanco y otro negro— Si no los quieres, me los comeré.

—Wei Ying... —WangJi se sorprendió al ver aquellos animalitos que saltaron de los brazos del Alfa y corrieron por el pabellón jugando entre ellos, el Omega no sabía qué hacer pues los animales estaban prohibidos en los Recesos de las Nubes, pero tampoco quería que WuXian se los comiera, por lo que terminó aceptando.