La sangre es más espesa que el agua

La tranquilidad de la Victoria

Buenas tardes preciosas criaturas, espero se encuentren muy bien y estén teniendo muy bonitos días. 

He traído actualización, hay párrafos que están escritos intencionalmente de manera similar.

Es un capítulo largo! Disfrutemos un poquito de tranquilidad antes de volver al drama.

Muchas gracias por los votos, lecturas y comentarios, me hacen muy feliz!

Perdonen todos mis errores.

Disfruten de su lectura.

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Lo miró a los ojos y entendió cuándo, con aquella expresión de inocencia, le decía que no podía hacer nada contra él.

Era una rata astuta.

MingJue hace unos meses atrás había visto cómo Meng Yao había matado a uno de sus comandantes para luego suicidarse...

El hijo de puta era inteligente...

Su torrente sanguíneo fluía con tanta fuerza que sentía que sus venas iban a reventar. Meng Yao como un camaleón se infiltró entre los Wen, hizo tan bien su papel de perro adoctrinado que se ganó la confianza de Wen RuoHan, ser su mano derecha y finalmente apuñalarlo por la espalda, grande hazaña, digna de aplausos y ovaciones. Sin embargo, Nie MingJue no podía con la ira, ese Omega lo había humillado, mirándolo con desdén, y el líder Nie muy en el fondo, sentía que todo aquello no fue parte de su acto.

El maldito fue perspicaz al lograr tener de su lado, a una persona que tenía bastante poder.

MingJue estaba furioso y no dejaba de ver a Yao escondiéndose detrás de XiChen y cómo aquel Alfa intervenía por él... Protegiéndolo.

—Se acabó... —Dijo el líder Lan con ese tono de voz tan suave que parecía que arrullaba a cualquiera que lo escuchara— Da-Ge, terminó, ganamos —MingJue bajó lentamente su sable y se dejó caer, ¿Qué mierda había importado lo que hizo Meng Yao?

Todo el campo de batalla estaba en silencio. WuXian y los demás discípulos de las distintas sectas se habían encargado de deshacerse de los Wen. Aún había algunos, pero fueron acorralados. WangJi aún con su cuerpo temblante al estar rodeados de tantísimos Alfas miró hacia la cima de los escalones de la entrada principal de Ciudad sin Noche de dónde emergieron MingJue con la ayuda de XiChen y de Yao. Todos los miraron expectantes, hasta que el silencio estalló en vítores al ver cómo MingJue alzaba su puño al cielo en signo de victoria.

Habían ganado la guerra.

Discípulos se abrazaban como si todos pertenecieran a la misma secta, otros lloraban de alivio y euforia. WanYin miró con una sonrisa genuina a su hermano, "no iba a llorar frente a todos", se dijo a sí mismo sólo para ser abrazado por WuXian quien sentía como le habían quitado una carga de encima. A muchos metros lejos de ellos, estaba WangJi quien sólo miraba en silencio su alrededor.

¿Realmente había terminado la guerra? ¿Aquella guerra que había empezado por él? ¿En la que se perdieron numerosas vidas? ¿La que ocasionó que quemaran por completo su hogar?

Tambaleante cayó al suelo, su mente inundada de estas interrogantes que le daban una respuesta inmediata.

Nada de esto hubiera pasado si no hubieras hablado...

Es tu culpa.

Las consecuencias de la guerra, alguien tenía que responsabilizarse, ¿Verdad? Y como él fue el causante de todo, entonces se tenía que hacer cargo... Era lo justo...