︎𝕰𝖕𝖎𝖑𝖔𝖌𝖔.

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Narra Peter

Ya era hora de un descanso como sumos monarcas oficiales, mi esposa y yo ya estuvimos al mando lo que debidos de estar, tuvimos nuestros 8 hijos  en paz y ahora es nuestro turno de descansar, en la cabaña que hace mucho tiempo fue nuestro lugar especial, y ahora está reconstruida y mucho más cómoda. Pero hoy era el día de la coronación de los mellizos, ocupando nuestros puestos.

Me estaba viendo en el espejo, a mis 55 años, con mi barba ya con algunas canas en ella, y con cuidado mi las manos de una mujer abrazándome por detrás, eran las de mi hermosa esposa. Me giré y la vi con su vestido rojo tan elegante y tan Perfecto para la ocasión, ambos íbamos de rojo pero ella se veía más que perfecta, a diferencia de mi a ella las canas no se veían, ya que toda su vida a sido de cabello blanco.

—Estas listo mi rey?—me pregunto.

—así mi reina, es hora de que nuestros hijos sepan que es trabajar como monarcas.

Ella se rió y me beso con cariño en mi boca. Caminamos por los pasillo de Caro Paravel, estaban solos, ya que todos los invitados están en la sala de trono. Pero en la puerta estaban mis 6 hijos (Nico, Susan, Alicia, Sebastiana, Helen, Roxana) también estaba mi hermana Lucy con mi buen amigo y cuñado Caspian, junto a sus 4 hijos (Ryan, Matteo, Anastacia, Lucy II) y por último estaba Edmund con su esposa la Estrella Liliandil y sus 5 hijos (Los trillizos Thomas, Gabriela, Alejandro y sus últimos dos hijos Blanca y María)

—¿Ya están listos para dejarle el tronos a sus hijos?—Nos pregunta Caspian cuando nos ve.

—Si, ya nos merecemos descansar hemos dirigido por más de 4 décadas, necesitamos un descanso.

—Por suerte ya no pueden tener hijos, o llegarían a 10

Todos se rieron ante eso, menos T/n y yo. Pero quedamos en silencio cuando vimos a nuestros mellizos venir, ambos con los trajes más elegante que hubieran usando antes, y acompañados de sus parejas y bueno en el caso de Eli, con sus dos hijos, mientras la esposa de Ares está embarazada de Mellizos.

—¿Están listo hijos míos?—Les pregunté.

—En estos momentos me estoy arrepintiéndome un poco papá.—Dijo Eli nerviosa.

T/N y yo abrazamos a nuestros primogénitos, por un largo rato hasta que T/n les dijo.

—Estamos muy orgulloso y ustedes serán de los mejores reyes, que Narnia va a tener.

Íbamos a comenzar a entrar al salón cuando algo brillo en los cielos y algo o mejor dicho alguien cayó a nuestros pies, todos los que teníamos espadas sacaron sus espadas así que era un total aproximado de 11 espadas mal contadas.

Era una mujer la que cayó, me demoré mucho en reconocerla, pero cuando lo hice no lo podía creer.

—¿Susan?

Ella nos vio a todos raros, y todos lo que la conocimos bajamos las espadas, menos nuestros hijos que no se recordaban de ella o en otros casos no los conocieron.

—Esto es un sueño, no es real, seguimos jugando.

Dijo ella levantándose y retrocediendo de nosotros, no dejaba que ninguno se acercara y no estábamos en condiciones de hacerlo realmente estábamos completamente perdidos.

Pero fue Eli quien se acercó.

—Tía Susan, soy Eli tu sobrina, recuerdas que fue por ti que me llamo así. Elizabeth.

Ella admiro a su sobrina, y iba pasando su cara por todos nosotros, y se detenía a analizar.

—Es imposible, esto es un juego de niños, nos habíamos inventado a un chico Peter, y mis hermanos Edmund y Lucy murieron en un accidente de tren, y yo no tengo sobrinos, ya que ninguno de mis hermanos se casó.

Sentí una punzada en el pecho con escuchar a Susan, ella realmente juraba que no existía.

—Susan, soy tu mejor amiga T/n recuérdalo, me ayudaste en mi boda, se todo de ti...recuérdame, soy tu cuñada, recuerda a tu hermano mayor Peter, recuerda que eres tía...hasta donde tú sabías yo tenia 3 hijos y ahora tengo 8, también soy abuela y mira tienes muchos más sobrinos ya todos tenemos nuestras familias, solo faltas tú.

Y parece que las palabras dichas por mi esposa, le abrieron los ojos, ya que sus ojos se humedecieron y se colocó a llorar pidiéndonos perdón, yo me acerqué y la abracé.

—Perdóname Peter, te olvide tenía tanta envidia de que te quedarás. Que fue ma sfacil olvidar.

—Shhh, no pasa nada lo importante es que ahora estás aquí.

Nos separamos h se acercaron Edmund y Lucy que La abrazaron con fuerza, y ella se los devolvió.

—Que cambiados están chicos.—Les dijo.

—Debo tener muchas ojeras, efecto de los trillizos.—Le dijo Edmund logrando que abriera sus ojos.

—¿Te casaste?

—Así es, ella es mi esposa Liliandil, y tuvimos 5 hijos.—Dijo señalando a su familia

—¿Y tú Lucy?

—Yo también estoy casada, mi esposo es Caspian y tenemos 4 hijos.

Caspian se acercó y abrazó por los hombros a Lucy para darle un ligero beso, se acercó a Sudán y la abrazó.

—Es bueno que estes aquí Susan.

—Gracias...Pero ¿T/n?

Ella dio unos pasos al frente, Susan corrió hacia ella y la abrazó, siempre fueron tan buenas amigas que se debieron extrañar un montón.

—Lo lamento, crei que eras una imaginación.

—Ya no importa eso Susan, ya estás aquí y esperemos que es para quedarte.

—¡Tienes 8 hijos!

—Así es, pero tranquila ya Peter y yo cerramos la fábrica. Pero llegaste en muy buen momento es la coronación de los mellizos como Sumos monarcas.

Ahí ella volteo su mirada, y vio mis primogénitos.

—Ares, Eli.

—Tía Susan

Dijeron para ir a abrazarla con fuerza.
Despues de todo la familia si se reunión por completo, en algo tan trivial como una coronación.

***

Habíamos dejado a nuestros hijos en el castillo, y T/n y yo íbamos en nuestros caballos a nuestros nuevo hogar, esa caballa que había visto tanto de nuestra historia.

—Por fin solos mi amor.—Me dijo ella apenas nos bajamos de los cabellos.

—Aquí estaremos hasta el fin de nuestros días, aunque más de una vez terminaremos en el castillo.

—Eso es cierto.

Ella se colgo de mi cuello y nos besamos con mucho cariño y amor, sin que lo vieran venir la cargue como novia.

—amor, aún puedes conmigo.—Dijo sorprendida.

—Claro que si, y espero aún poder varios años más.

Dije dejándola con cuidado en la cama.
Ella recitó su cabeza en. Mi pecho.

—Mientras estemos juntos, todo está bien.

—Siempre lo estaremos mi amor, le jure Amor a una sola mujer y con ella me quedare para siempre

𝐋𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐯𝐞𝐬𝐢𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐛𝐚 (𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐏. 𝐘 𝐓/𝐧 𝐋𝐞𝐰𝐢𝐬)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora