Después de aquel accidente automovilístico, Charlotte Austin había pasado de ser una chica fuerte, altanera, arrogante y decidida, a ser una pobre diabla enfadada con el mundo. Una chica huraña y solitaria que parecía que lo único que quería hacer e...
Pasé mi tarde acomodando cajas dentro de la tienda mientras mi madre atendía a los clientes. Me la pasé cantando, estaba feliz. Radiante.
Solo me detuve para llamar a Nessa y plantearle el plan de salir a tomar un café más tarde y aceptó, emocionada de volver a salir los cuatro juntos. Volví a mi trabajo y no me detuve hasta que terminé.
Cuando miré el reloj, el corazón me dio un vuelco, tenía apenas una hora para arreglarme. Gemí para mis adentros mientras corría a la ducha. Prepararme para una salida con mi novia se sentía mejor que cualquier otra cosa en el mundo.
Escogí un vestido entallado en color negro y unas pequeñas balerinas en tonos dorados; mi maquillaje sencillo consistía en polvo, rubor, brillo y máscara para pestañas, y alisé mi cabello intentando hacerlo lucir bien.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nessa llegó a mi casa diez minutos antes de lo planeado.
- Engfa – dijo Nessa, mientras yo buscaba mis llaves por toda mi habitación de forma desesperada.
- ¿Puedo pedirte un favor?
- Claro - dije distraídamente mientras me agachaba para mirar debajo de la cama.
- ¿Crees que haya forma de que le digas a mi madre que me quedaré en tu casa? - preguntó nerviosamente.
Yo alcé la vista y fruncí el ceño - ¿Por qué quieres mentirle a tu madre? - pregunté curiosa.
Nessa se ruborizó. Lucía avergonzada - Quiero pasar la noche con Mew... - musitó.
Una sonrisa burlona se extendió por mi rostro y entonces, una loca idea pasó por mi cabeza. Mi corazón se saltó un latido con sólo pensarlo.
- Lo haré, sólo si tú me "invitas" a dormir a tu casa delante de mi madre - dije sintiendo el calor en mis mejillas.
Nessa abrió los ojos con sorpresa - ¿E-Estás insinuando que tú y Charlotte ya...?
- ¡No! - me adelanté - aún no, pero... No pude continuar. Me ruboricé aún más.
Nessa sonrió con complicidad y asintió. - Si sucede, cuídense. - dijo.
Mi corazón se saltó un latido nuevamente y me precipité a tomar mi bolso y mi chaqueta.
Nessa me invitó a quedarme en su casa como lo habíamos planeado y mi madre no se negó para nada. Subimos al coche y pasamos primero a casa de Mew y luego a la de Charlotte para ir al café.
Estaba increíblemente nerviosa cuando se sentó a mi lado.
- ¿Sucede algo? - preguntó ella en mi oído mientras llegábamos al café.
- ¿Puedo quedarme en tu casa esta noche? - susurré para que solo ella pudiera escucharme.
Charlotte frunció el ceño diciendo - Claro, ¿está todo bien?