Capitulo 35

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Los días pasaban. Unos más lentos, otros más rápidos; y pronto, sin siquiera darme cuenta, había pasado un mes.

Un mes en el que, lo poco que sabía de Charlotte era lo que escuchaba por Mew o Nessa.

Jeff y yo nos habíamos vuelto buenos amigos. Le costó un poco de trabajo entender que yo no quería tener absolutamente nada con nadie, pero cuando lo aceptó, su amistad se convirtió en un pilar increíble en mi vida.

Ni una sola llamada, ni un solo mensaje... absolutamente nada proveniente de Charlotte.

Había visto a Elena un par de veces en casa, charlando con mi madre, pero cada vez que trataba de abordarme, le rehuía con algún pretexto bobo.

No había dejado de trabajar.

En cierto modo, el ir a la universidad en las mañanas y trabajar por las tardes, me mantenía distraída y ocupada. Lejos de mis pensamientos tortuosos sobre Charlotte.

- Charlotte va a operarse. - dijo mi madre mientras lavaba los platos de la cena.
Me congelé al instante.

Esperaba escuchar cualquier cosa, menos eso. ¿Ella de verdad iba a operarse?, ¿Iba a hacerlo?

Una extraña sensación de dolor y alegría se apoderó de mi pecho. Cerré mis ojos con fuerza mientras inhalaba aire, intentando recuperarme de la impresión.

- ¿T-Te lo dijo Elena? - tartamudeé.

- Sí. Quería decírtelo ella misma, pero no llegaste temprano. - dijo mi madre.

- Eso es... comencé a decir - eso es... Genial.-

- Al parecer, Charlotte y su padre arreglaron sus problemas hace unos días - continuó mi madre.

El plato que lavaba se me resbaló de las manos y cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos.

- ¡Jesús! - exclamó mi madre.

- ¡Lo siento!, ¡Lo siento!, ¡Lo tengo!, ¡No te muevas!, ¡Ya lo limpio! - dije saliendo precipitadamente en busca de una escoba..., y aire fresco.

En cuanto salí al patio, sentí el nudo de mi garganta extenderse.

Estaba tan feliz. Tan eufórica, tan... triste.

Me habría encantado compartir todo esto con ella; y ella no me quería cerca. Ella no me quería en su vida y se había encargado de demostrármelo una y otra vez a lo largo de este mes.

Ni una llamada.

Ni una sola jodida llamada. Eso era suficiente para que yo supiera que Charlotte no me quería en su vida.

Dolía. Y dolía más que cualquier maldita cosa en la vida, pero tenía que vivir con ello.

Cuando entré a la cocina, limpié el desastre e inmediatamente, subí a mi habitación.

Me metí a la ducha y lloré.

Creí que lo había superado. Llevaba una semana entera sin llorar. Había sido demasiado bueno para ser cierto. Estaba terriblemente feliz por Charlotte, y horriblemente destrozada por no poder estar ahí. A su lado.

Comprendía que la relación se había roto; y que, por más que yo lo quisiera, no volvería a ser lo mismo. Ella y yo no podríamos estar juntas sin sentir el peso de las acciones de la otra, y eso nos arruinaría.

Me arrastré a la cama después de ponerme el pijama y puse la alarma en mi móvil. Tenía que levantarme temprano en la última semana de clases.

Pasaría el verano en Australia, en el rancho de mi tía. Dos meses alejada de la realidad me harían mucho bien.

Though I Can't See You ❧ Englot G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora