Capitulo 29

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Todo el domingo estuve bajo observación médica.

Mi ataque severo de asma me había provocado réplicas menos intensas, pero los médicos, mi madre y Elena, se rehusaban a dejarme levantar de la camilla sin estar seguros de que me encontraba bien.

Lo único que quería era estar cerca de Charlotte.

Nadie había pasado a verla y su situación no había empeorado. Seguía grave, pero estable y eso, en parte era bueno.

Mew, por otro lado, mostraba mejorías. Aún no despertaba de su operación, pero estaba fuera de peligro.

Los pensamientos acerca de lo que pudo haber pasado no me dejaban tranquila y la información llegaba a mí a cuenta gotas. Sabía que una camioneta los había golpeado en el camino rumbo al hotel donde se hospedaban y una punzada de coraje me invadió al pensar que, quizás, habían bebido.

El coraje se disipó cuando Elena me dijo que los análisis de sangre habían salido completamente limpios. Ninguno de los dos había ingerido alcohol; el conductor de la otra camioneta, en cambio, había estado muy borracho y se encontraba grave en otro hospital.

Estaba desesperada por salir de aquellas cuatro paredes. Sabía que no iba a ser de mucha ayuda afuera, en los pasillos, pero no quería estar aquí cuando Charlotte despertara.

No fue hasta el martes que me dieron de alta y pude deambular por los pasillos del hospital junto con Nessa y Marima.

La madrugada del miércoles, todos recibimos la fabulosa noticia de que Mew había despertado.

Antonia, su madre, fue la primera en pasar a verlo, y yo me quedé con Nessa intentando tranquilizarla. Estaba ansiosa por verlo. Una punzada de envidia cruzó mi pecho; daría lo que fuera porque Charlotte mejorara, sin embargo, estaba igual que antes. La acababan de ingresar a una sala para hacerle una tomografía y verificar que no hubiera daño cerebral que le impidiera despertar; y Elena les contó acerca de la inflamación en su lóbulo occipital, para que no se alarmaran.

Elena desapareció por el pasillo después de que Antonia salió de la habitación de Mew y suspiré con un poco de alivio al saber que, por fin, Mew estaba bien y que alguien iba a contarnos lo sucedido.

Marima y yo nos habíamos vuelto más cercanas de lo que éramos y agradecía el tener a alguien con quien pasar el rato ahí dentro. No había ido a la universidad en todo lo que iba de semana y no me importaba; quería estar ahí cuando Charlotte despertara.

- ¿Familiares de la paciente Charlotte Austin? - dijo la voz del médico. Antonia y Will también se acercaron de forma solidaria.

- ¿Pasa algo malo, doctor? - preguntó Elena con la voz entrecortada por la ansiedad.

Tomé su mano y la apreté con fuerza esperando la respuesta del médico.

- Todo lo contrario, señora. La tomografía de su hija salió muy bien, venía a informarle de que la inflamación de su lóbulo occipital ha disminuido considerablemente - dijo el médico.

Fruncí el ceño.

- ¿Cómo?, ¿Eso quiere decir que Charlotte recuperó la vista? - dijo Marima esperanzada.

- No. No es así de simple; sin embargo, quiere decir que la operación para que Charlotte recupere la vista es de menos riesgo y hay un setenta por ciento de posibilidades de que la operación sea exitosa - explicó el médico.

- ¡Eso no importa ahora, maldita sea! - espeté.

La rabia corría por mi cuerpo de forma vertiginosa. ¿Cómo podía preocuparse por la vista de Charlotte si ni siquiera estaba consciente?, su trabajo era mantenerla con vida, hacerla despertar, no husmear en su cerebro para ver si Charlotte volvería a ver.

Though I Can't See You ❧ Englot G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora