Capitulo 30

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- ¿C-Charlotte? - mi voz salió en un susurro ronco.

La imponente figura de Charlotte estaba de pie junto a la cama.

Las máquinas zumbaban debido a que las había desconectado todas de su cuerpo en su intento de levantarse.

Estaba ahí. De pie, pálida, doblada ligeramente hacia adelante de dolor, con aquellos preciosos ojos fijos en la nada, los labios resecos y partidos, y expresión confundida.

- ¿Eng? - dijo. Su voz ronca llenó mis oídos enviando una sensación de alivio a lo largo de mi cuerpo.

Estaba VIVA. Estaba DESPIERTA. Estaba de pie frente a mí después de todo lo que había pasado.

Las lágrimas se precipitaron por mis ojos mientras enfermeras y doctores intentaban que se recostase de nuevo.

- ¿P-Puedes venir a abrazarme? - su voz entrecortada me quebró aún más.
Me obligué a caminar por la habitación, tropezando con todo lo que tenía a mi paso. Me detuve frente a ella y aspiré su aroma. Su altura se imponía ante mí y enredé mis brazos alrededor de su cintura con cuidado. Sabía que tenía varias costillas rotas. Ella enredó sus brazos a mi alrededor y me apretó con fuerza.

Sollozos se escaparon de mis labios de forma alarmante.

Me sentía rota, cansada, aliviada, dolida..., todo lo que había aguantado a lo largo de esas dos semanas, salió de mi cuerpo en aquel llanto alarmante.

- Estás viva. Estás bien. Estás despierta. Estás aquí. Estás abrazándome. No te perdí. ¿No es un sueño? - dije contra su pecho mientras lloraba desconsoladamente.

Ella aspiró mi aroma lentamente.

- ¿No estoy muerta?, ¡Dios!, ¡Creí que moriría y lo único en lo que podía pensar era en ti, en Marima y mi madre! - dijo con la voz entrecortada.

- ¡Señorita Austin!, ¡Recuéstese inmediatamente! - ordenó un médico.

- ¡Te amo Charlotte!, ¡Te amo! - dije ignorando a los Alarmados médicos a nuestro alrededor.

- Aquí estoy, Eng. No me he ido. No me iré. Te necesito y te amo - murmuró aferrándome con más fuerza contra su pecho.

Me aparté de ella y la obligué a recostarse de nuevo. Ella aferró mi mano mientras yo intentaba correr para avisarle a Elena y a Marima que había despertado.

- N-No te vayas, por favor - susurró con miedo en la voz.

Acaricié su mejilla y la besé delicadamente en los labios - NUNCA. A ningún lado. - prometí.

El día no fue como yo esperaba.

Se habían llevado a Charlotte todo el día para hacerle análisis de todo tipo y comprobar que no había nada de gravedad en su sistema. Que se estaba recuperando correctamente.

Elena y Marima estaban eufóricas como yo.

La felicidad irradiaba de nosotras y, cuando le dijimos a Mew que Charlotte había despertado, había abrazado a Elena levantándola del suelo mientras le daba vueltas por toda la sala de espera.

Las risas no se hicieron esperar y una punzada de emoción me recorrió.
La pesadilla por fin había terminado.

- Hola... - susurré al pie de la puerta de la habitación de Charlotte.

Ella frunció el ceño confundida. - ¿Está todo en orden?, estás muy tímida - preguntó.

El corazón me dio un vuelco.

Lo cierto era que no sabía cómo comportarme ahora. Estaba tan temerosa de que todo fuera producto de mi imaginación, o un sueño, que sentía que, si me acercaba demasiado, desaparecería.

Though I Can't See You ❧ Englot G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora