Desde que el fútbol para 𝗣𝗮𝗯𝗹𝗼 𝗚𝗮𝘃𝗶 se convirtió en una constelación de posibilidades, su vida se convirtió en un espectáculo cautivador para los insaciables ojos de la prensa; y los amateurs embelesados, con la intención de conocerlo más...
¿Hay algo mal en mí como para decir que me importa más ser amada?"
Sabía que no era lo mismo amar. Es solo que... yo no quería sentir que amarlo era todo para lo que era adecuada en su vida.
Anhelaba ser querida por quien yo era realmente, no porque fuera la única para él o por la forma en que lo hiciera sentir.
De alguna manera, no encontraba palabras que expresarán todo lo que me provocaba.
No sabía cómo responderle cuando me decía cosas demasiado románticas como para dejarme anonadada o sin saber qué decir.
Tampoco podía forzarme a hablar solo porque él me estaba dando más de lo que podía pedir y de lo que esperaba.
¿Debía retribuirle el mismo sentimiento qué el me estaba dando?
¿Era amor?
Pablo me asustaba un poco, sabía que no diría ni haría nada si no sintiera algo.
El sentimiento que venía con él podía robarme un suspiro y hacerme saltar por un acantilado al mismo tiempo.
Pero, eso era lo que me hacía sentir viva también.
Se volvía un vaivén constante, así que pensé en verter, debido a su notable ausencia por supuesto, todo lo que le estaba pasando a mi corazón y a mi mente.