Pt. 2: ...desapareciste

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Aaron inquirió por el cuartel, y encontró a su compañera Hipatia escribiendo un reporte del día anterior. Tenía una oreja vendada y el brazo derecho enyesado. 

"¡Hipatia! ¿Estás bien?"

"No. Tengo que escribir un reporte entero sobre un altercado con una bandida del día de ayer, y a nuestro querido coronel Augustus le fascina que sean lo más detallados posibles."

"Em, me refería a tu brazo... y tu oreja..."

"Ah, si. Cosas que pasan, soldado. No me mires así de preocupado, ¡estaré bien-! ¡Ouch! Maldito brazo... Lo bueno es que anoche anoté a la posible responsable de éste numerito apenas volví del doctor, así que ya están todos al tanto de cómo se ve."

"Entiendo... Así que," dijo Aaron, "Una de las criminales en la lista se llama Yennah, y-"

"¡Ella misma! Ella es la presunta tipa de la que te hablo, la muy bastarda..."

Aaron dudó por un segundo: había prometido a Yennah que la ayudaría, pero resultó ser que había cometido un acto criminal severo. ¡Qué horror! Sintió una depresión en el estómago, similar a aquella que sentía de niño al ver a su padre llegar ebrio por las noches. "Aunque," pensó, "considerando sus circunstancias, ¿qué otras opciones tenía? Los dueños de acá no emplean vagabundos, así que no tiene forma de ganar dinero. "

"¿Ella cuenta con algún otro antecedente criminal?"

"¿Por qué preguntas?"

"EEEEH... Noo, es que... sucede que- Am... la... descripción que dió me resultó familiar porque he visto a alguien similar y me dio curiosidad. Es que me parece haberla visto antes, si."

"¿Antes... cuándo? ¿Hace unos días? ¿Hace años? Sé específico."

"Recientemente, como un par de días atrás."

"¡Ah! Entonces si es ella. No estaba segura de si era ella porque llevaba capucha, así que la escribí ahí por si acaso, pero... entonces si, es ella. Ha vuelto."

"¿Vuelto de donde? ¿La conoces?"

"Mmm... supongo que aún no te he contado sobre ella. Ajem... Como sabes, llevo un poco más de tiempo que tú en este trabajo—digo, ¡mira estas canas! Aunque la verdad ni son por la edad, es puro estrés," Hipatia carcajeó. "Bueno, años atrás, cuando probablemente aún ni bebías tu primer trago de ron, durante un verano empecé a encontrarme cada semana con el mismo caso: un chico altísimo y delgado, blanco como la nieve y veloz... como gota de lluvia, que le robaba comida, ropa y medicaciones a la gente. Siempre reportaban que era un chico, porque no concebían la idea de que una mujer pudiera robar. Hasta mis compañeros, superiores tuyos dentro de este cuartel pensaban así. Mira si cambian rápidos los tiempos. ¿Qué vendrá después, mujeres en la guardia imperial? ...es un chiste, Ron. Soy tu superiora, te tienes que reír. ¿No? En fin.

"Cada semana llegaba el reporte de un chico alto y de piel blanca y yo sabía que se trataba de ella. Investigaba e investigaba, preguntaba aquí,  pero no daba con ella, y nadie más en la guardia cuestionaba mujeres; de hecho, siempre he sentido que aquí fueron un estorbo mas que una ayuda en el caso. Mientras registraban hombres y hacían caso omiso a mis sugerencias, ella seguía robando y asaltando. Hasta que un día, hace... tres o cuatro años que no se volvió a escuchar sobre ella. Solo... dejó de ser reportada. Siempre me pregunté que le había pasado."

"Pero si nunca la habías visto, ¿cómo supiste su nombre, o que era mujer?"

"Su abuela también fue víctima. Una pena que estuviera demente por la edad, porque cuando la trajimos para hacerle preguntas sólo pudo darnos el nombre: Yennah. Los demás no le hicieron caso por su condición, y porque mencionó que contaba con un hermano gemelo, un tal Olivier. Los demás se quedaron con ese nombre, pero ahí yo empecé la búsqueda por Yennah.

El Amor me aBruma (ja!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora