𝗣𝗝𝗢 𝗖𝗔𝗦𝗧 | 𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦

El secreto

Tenues luces adornaban la habitación. Un gran ventanal estaba decorado con una cortina blanca con bordado de un montón de flores silvestres. Observó con atención y se dió cuenta que estaban bordadas a mano, por supuesto, sabía que Charlotte era buena cosiendo pero nunca imaginó que era buena en el bordado. La habitación olía a canela y algo así como Navidad.

Observó los posters en la pared, la imagen promocional de la serie, mitad cara y mitad armadura. Mini imágenes de la serie, el cast completo y algunos recortes de periódicos locales. Se dirigió al lado derecho de la habitación donde estaba el escritorio, muchos libros apilados, cuadernos con forro de cuero y unas chistosas tijeras de Garfield. Observó papeles garabateados con la letra de Charlotte, las líneas eran delgadas y las curvas, gruesas. Sonrió. Charlotte siempre solía escribir en curvisa y era un detalle muy importante de su personalidad.

Yacía en la cama, estaba Charlotte durmiendo. Ver la seda blanca alrededor de su cuerpo y lo suave que parecía el colchón, le entraron ganas de tirarse y echarse una buena siesta. Observó el techo de la habitación y se encontró con un hermoso tallado de yeso. Le recordó al estilo victoriano que contaban algunas casas cuando visitó el Reino Unido.

Al otro lado de la habitación se extendía una gran colección de libros, todos con algo que los caracterizaba mucho: estaban leídos por Charlotte. Algunos, pobremente, tenían la cubierta desgastada. Otros estaban llenos de post-it de colores y otros, bueno, algo de Charlotte tenían. Se giro de nuevo hacia la cama y se acercó lentamente hacia Charlotte.

Volteó y vio que la puerta estaba abierta y se prometió a sí mismo que sería rápido con lo que haría.

La pijamada allá abajo ya no parecía importante.

Sus muslos tocaron el borde de la cama y la mitad de su cuerpo se inclinó levemente. Con sus dedos gruesos y llenos de anillos de plata, apartó los mechones que ocultaban la cara de la chica. Observó su cara, algo hinchada debido al sueño, su pequeño sonrojo y sus labios rosas. Tomó un impulso y lentamente se acercó hasta su cara, se quedó unos segundos así, con la respiración de Charlotte acariciando la suya.

Con su nariz acarició levemente su barbilla y fue acercando sus labios a los de ella. Los tocó, casi de manera imperceptible, después su toque fue un poco más sensible. Le dió un casto beso que le dejó los labios levemente húmedos.

Se sentía bien pero después el fatalismo llegó. Se sentía como cuando de pequeño le decían que sí hacía algo malo, el infierno le esperaba. Bueno, así es como se sentía Charlie en ese preciso momento.

Se apartó de ella rápidamente y volvió a echarle una mirada a la puerta. Se revolvió el cabello, como si eso pudiese permitirle volver el tiempo atrás. Pero era demasiado tarde.

No tenía idea de porqué lo había hecho, quizá sí pero no quería que decirlo mentalmente en alto. Pero no puedes no pensar en ello.

Sentía los labios de Charlotte en los suyos incluso si ya se hubiese alejado dos metros de ella. Le había dicho que para él era su hermana menor pero estaba haciéndole esto. Estaba siendo un hipócrita.

Escucho los pasos de alguien en la habitación y la puerta fue abierta completamente. Miró a Dior como si ella lo hubiese descubierto pero ella solo tenía media sonrisa en la cara.

—¿Encontraste lo que buscabas? —le preguntó alzando la ceja.

—Sí.

Entonces Dior le hizo un movimiento de cabeza para que bajaran juntos. En todo el trayecto hacia la sala de estar solo podía pensar: «¿Y si las mujeres tienen un sexto sentido para saber que tengo un secreto? ¿Y si Dior estuvo antes ahí y vio todo? ¿Y si se entera?» Trató de calmar esos sentimientos respirando profundamente.

Los labios de Charlotte fueron como un sello en los suyos. Vaya castigo fue sentirlos todo el tiempo.

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