Si me permitía ignorar por unos segundos el pánico que me estaba consumiendo, admiraría a aquella mujer, quien era extremadamente hermosa. No podía tener más de veinticuatro años, aunque esa posición autoritaria la hacía parecer una completa alfa de posición económica. Una piel destacablemente pálida, los labios finos y rosados, un tamaño ligeramente menor del promedio aunque estuve agradecida por eso, y un cuerpo de total diosa griega mostrándose a través de aquel traje negro ¿Dónde había estado escondida aquella mujer cuando estuve tomando las fotos y por qué no se presentaba a los bares que yo frecuentaba? En un día normal podía bien desear estar bajo ese precioso cuerpo, aunque ahora no fuera un día normal.
- Disculpe.
Internamente desee golpear a mi omega por ese estado de sumisión, me disculpé con una completa extraña por mantener la mirada conectada con la suya, o por escanearla con mis ojos, mejor dicho. Sabía que mi omega salía a flote debido al celo, pero ella no era más que yo para que me disculpe, tampoco es como si ella no hubiera estado haciendo lo mismo conmigo, aunque estoy completamente segura que se debe a mi aroma.
Di un par de pasos torpes hasta la entrada, rogando internamente porque la alfa se mantenga quieta en su lugar, y aunque por un segundo consideré que lo estaba logrando, antes de que mi cuerpo pasara por la puerta principal del baño, sentí una fuerte mano tomar mi antebrazo, deteniendo mi andar.
De acuerdo, estaba acabada.
- ¿Vas a salir así? - Escuché su áspera, pero cargada voz. Mierda, mierda, mierda, la tipa estaba excitada. Sin embargo, su mirada no mostraba alguna señal de que me iba a meter a un cubículo y violarme, ella me mostró una sonrisa prepotente que, no lo diría en voz alta, pero... Dios, amiga, necesito que vengas a los bares que frecuento. - Hueles demasiado fuerte ¿Realmente piensas salir?
Cuando la oí de nuevo, mi cabeza hizo un ''clic'' y consideré sus palabras, tenía razón ¿A quién engañaba? Definitivamente no regresaría a mi casa esa noche, a cada segundo el celo incrementaba en mí ser, mi omega pedía con urgencia atención y afuera se encontraban millones de sujetos que con una simple mirada me tendrían restregándome contra ellos. Ahora consideraba ¿No era mejor quedarme y permitir que esta tipa me haga lo que sea que quiera hacerme antes que salir y permitir que cualquiera de los de afuera lo hiciera? Ella al menos tenía una buena apariencia, afuera me arriesgaba a que me toque hasta la peor persona.
- Creo que no es una buena idea. - Dije.
La mujer hizo más suave su agarre hasta que su mano en mi antebrazo pareció solo una leve caricia, observé sus delgados dedos sobre mi piel y mi omega gimió complacida y feliz con tener a un alfa tocándome, se sentía tan bien. Pasaron unos segundos en los que ninguna dijo nada, sabía que me había calmado, su dulce tacto fue una especie de arrullo y no pude agradecerle más, al menos ahora no parecía un ambientador de feromonas de omega asustada para toda la exposición.
Continué con la mirada sobre sus tacones negros, se veían caros, aunque para ese momento no los observaba por interés en la marca o en donde los había comprado, lo hacía porque no podía mirarla a los ojos, no me nacía mirarla a los ojos a menos que ella me lo permitiera. Vaya, esto es tan patético.
- ¿Tu nombre es? - Al fin habló, de nuevo no pude contener aquella felicidad de saber que no se iría, temía que se fuera ¿Por qué rayos temía que se fuera? Sí, porque para este segundo mi omega estaba más que ilusionada con disfrutar más de ese dulce tacto que me entregaba en mi brazo. Relamí mis labios, no dejando que pasen más segundos sin hablar, podía ser de mala educación.
- Sarocha. - Murmuré, y tras no escuchar nada, consideré que quizás ella esperaba una respuesta un poco más larga. - Sarocha Chankimha. Soy fotógrafa de la revista-... Mmh. - Las suaves yemas de sus dedos bajaron por mi piel hasta que su mano tomó la mía con firmeza, acercándome un poco más a su cuerpo, impidiéndome recordar siquiera lo que le estaba diciendo.
ESTÁS LEYENDO
The Perfect Omega Beckfreen (G!p)
RomantikCuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar al amor de tu vida. Sarocha Chankimha tiene veinte un años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad ¿Qué alfa querría enc...