- No pueden, ¿verdad? Ellos... Ellos no pueden...
Mi voz se oía ronca, entrecortada y rasposa, me dolía de tanto haber llorado y quizás gritado por el teléfono. Estaba segura que fueron más de veinte veces las que llamé al número de Rebecca, número con el cual me había comunicado con ella esa misma mañana, antes de que todo el tormento comenzara; y mismo número que ahora me repetía una y otra vez el mismo mensaje.
La niñera se quedó incluso cuando ya no debía hacerlo. Después de ayudarme a levantarme del suelo en el que caí rendida ante la voz repetitiva del teléfono, caminé hasta el sofá y me dejé caer en este. Noah se trepó por un costado, se sentó sobre mis piernas y apoyó su pequeña cabecita con ondulaciones en mi pecho. Colocó su manito a la misma altura y frotó su rostro contra mi camiseta. No tenía idea de dónde él había aprendido aquello, pero estaba feliz de que lo supiera. Así sea por instinto propio, fue su suave y dulce aroma a bebé, a mi bebé, lo que hizo que no me consumiera en un estúpido ataque de pánico.
Después de que se durmió, lo acosté y la niñera se fue, dejándome estable. Citando sus palabras, volví a llamar a Rebecca al menos unas diez veces, todos los intentos fallaron. Traté de hacer lo mismo con Lisa pero me decía que el usuario se encontraba fuera de servicio. Incluso pensé en llamar a mi madre. Sentía que necesitaba a alguien diciéndome que todo iba a estar bien, alguien que calmara a mi asustada omega, que lo mantuviera quieta y no siendo la causante de que mi corazón estuviera a poco de salirse de mi pecho.
Al final, llamé a Seoull y solté un gemido de alivio cuando me contestó. Le conté todo, completamente todo y más de una vez la oí sisear enfadada y triste. Sin embargo, ella tampoco podía hacer nada por ayudarme.
"Freen... No lo sé." - Dijo, después de un largo silencio. - "Si Kirk lo ha consultado, quizás-"
- ¡Seoull! - Reclamé, deteniendo sus suaves palabras. Ella intentaba que del modo que fuera, su confirmación no me enloqueciera. - ¡Estamos hablando de Noah! Kirk... Él, él nunca iba a ser un buen padre para Noah, eso si es que me dejaba tenerlo siquiera.
- "Lo sé, Freen, tú y yo sabemos eso." - Continuó. - "Pero la justicia no, ¿entiendes? Él es un alfa, quieras o no, sigue siendo tu alfa y es el padre de Noah, porque lo es... Tiene su sangre. Kirk puede explicar que le escondiste la existencia de su hijo y te tomarán por un omega con algún desorden mental. Además, ¡huiste!" - Me reclamó. Iba a contestar, cuando siguió. - "¡Claro que debías huir! ¡Pero eso el jodido mundo no lo entiende!"
- Seo. - La detuve. Sentí como mi vista se humedecía de nuevo. Ella tenía razón, incluso Kirk tenía razón. - No-No pue... Pueden quitármelo. - Dije, y sin darme cuenta que ya estaba sollozando de nuevo, encogiéndome en el rincón del sofá con el teléfono en la mano. - No pueden... Es mío. Noah es mío.
Ella me escuchó llorar en silencio. De vez en cuando, oía sus lejanos arrullos que no servían a través de una línea telefónica y, sin embargo, tan triste como sonase, era lo único que tenía en ese momento. No Rebecca, no orgullo, no valor, nada... Solo el lamento de mi hermana mayor y el temor de perder lo único que evitaba que me suicidara.
"Freen, hermana." - Dijo, después de un largo tiempo en el que no dejé de llorar en ningún momento. - "¿Y si vas a buscar al padre de Rebecca? Me dijiste que era un gran tipo. Si Rebecca y Lisa no contestan, quizás él pueda ayudarte, ¿no? Tiene influencias."
- Él es un omega, Seo. - Suspiré, sorbiendo por la nariz, pasando mi antebrazo por mis ojos, tratando de detener las lágrimas que parecían no tener fin. Sentía el mal sabor en la boca al expresarme de esa manera, más con mi mentalidad de que omegas y alfas somos iguales; sin embargo, así como iban las cosas, me di cuenta de que el mundo no estaba listo para ese cambio, y que los omegas tampoco. - Y la madre de Rebecca, debe estar feliz de que ella y yo no podamos comunicarnos, no le permitirá hacer nada.
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The Perfect Omega Beckfreen (G!p)
Storie d'amoreCuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar al amor de tu vida. Sarocha Chankimha tiene veinte un años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad ¿Qué alfa querría enc...