Capítulo 2🌸

511 66 3
                                    

El repiqueteo de las sandalias reales hacía vibrar los pasillos solitarios, tan fríos como el hielo. El emperador caminaba con paso firme, siempre imponente con sus ropajes reales y su presencia intimidante, un claro ejemplo de riqueza y poder.

Su majestad se dirigía hacia la sala del trono, para otra de las molestas reuniones realizadas por los consejeros y ministros reales. Era un fastidio; ahora decían tener nuevas propuestas para apaciguar la ira de los dioses y librar a su majestad de todo maleficio. ¡Qué estupidez! Como si alguno de aquellos hipócritas realmente tuviera interés en algo más que sus miserables vidas.

Pero, desafortunadamente, ser emperador no era solo portar una corona, y eso lo sabía. Era su deber escuchar las propuestas de sus súbditos, aunque seguramente serían las mismas tonterías de siempre.

-Su majestad, es un honor para nosotros poder ayudar a guiar el camino de nuestro emperador hacia la luz divina del gran dragón -decía el ministro Lee Hyun- Ki quien, haciendo toda clase de ademanes, estaba de pie frente al gran trono real.

El emperador, en una posición más elevada, escuchaba con molestia el tedioso sermón de siempre.

- Su majestad, hemos recibido una solicitud del antiguo palacio.

Al oír esto, los sentidos del emperador se agudizaron. Estaba harto de oír siempre las ridículas propuestas de los sacerdotes y ministros al servicio de su majestad; ya había cumplido todos y cada uno de sus caprichos, solo para recibir el mismo resultado. Aun no concebía un heredero.

-Habla de una vez -tensó la mandíbula-. Pero si es otra idea sin sentido, puedes tener por seguro que enviaré tu cabeza en una caja al antiguo palacio, y tu cuerpo no será sepultado porque los tigres del bosque saciarán su hambre con tu carne.

Los cancilleres y ministros se estremecieron. Sabían de primera mano lo inestable que era el humor del emperador. Si fue capaz de asesinar a su primer secretario solo por retrasarse unos minutos, ¿cuánto más peligraba la vida de ellos?

-Le rogamos misericordia, su majestad, y pedimos que por favor nos escuche esta vez, la carta de la que le hablamos ha sido enviada por el puño y letra de la reina madre.

- La reina madre- musitó entre dientes y apretó el repozabrazos del trono - Ja, estoy ansioso por escuchar qué pudo haber agitado a mi querida abuela y hacerla escribir tan desesperadamente una carta para el emperador.

-Su majestad, como usted mismo sabe, es de vital interés para el reino y para el propio emperador el nacimiento de un heredero, que pueda portar la corona después de que su majestad ya no esté en el mundo de los vivos -el ministro hizo una pausa para no enredar su lengua con las miradas amenazantes dirigidas desde el trono-. Por eso, le rogamos que atienda la petición de su alteza la reina madre.

El emperador soltó un suspiro. Después de recostar su espalda en el trono, se acomodó para escuchar qué puede querer esta vez su abuela.

- Su majestad, la reina le propone que acepte como prometida a la hija mayor de la casa Jeong, la primera hija del canciller principal de los Qing.

El alto hombre se puso de pie, con una mirada sin expresión, bajando cada escalón desde el trono hasta quedar frente al asustado ministro, quien con la cabeza baja hizo una reverencia. Caminó hacia él y miró con desprecio sobre su hombro. Se detuvo nuevamente frente a él y con tono molesto dijo.

-¿Acaso no sabe la propia reina, que noche tras noche una joven doncella virgen pasa las noches en mi alcoba? ¿O ahora sugiere que no ha sido ella misma quien ha escogido y organizado el harén real? - caminó lentamente entre los miembros de su corte -Cada joven concubina que vive bajo el techo de mi palacio, ha sido enviada por su alteza, mi querida abuela. Por eso, ministro Lee, no veo la novedad en esta propuesta. - al decir esto, las miradas entre los ministros se hicieron intensas.

Bajo el árbol de cerezo/ Jinx Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora