Capítulo 18 🌸

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El siguiente capítulo contiene relatos violentos, se recomienda discreción del lector. Gracias.























— Su alteza, qué placer tenerla entre nosotros — Chin Mae hizo una gran reverencia ante la reina, que desde una mesa esperaba a que le sirvieran el té.

— Nuestra querida nieta — habló la señora mayor, haciéndole una señal a la doncella para que levantara la vista — veo que el futuro emperador está creciendo sano y salvo en tu vientre.

— Gracias a los dioses, su alteza, solo faltan algunas lunas para que dé a luz — hablaba sin mirarle directamente.

La reina hizo una breve sonrisa y tomó una taza de té — Solo esperemos que el pequeño bastardo sea un varón.

— Mi señora, perdone mi atrevimiento, pero ¿cómo puede llamar de forma tan despectiva al hijo de su majestad?

— Querida, no necesitas engañarme a mí, ¿crees que no sé que te revolcaste con varios guardias durante tu paso en Quing?

A la doncella le temblaron las manos, no se atrevía a levantar la vista, su cara estaba enrojecida y sintió que le faltaba el aire.

— No tienes que sentirte mal por ello, querida — habló la reina — ¿Crees que si no quisiera una descendencia de mi adorado nieto bastardo, hubiera hecho que cada concubina de este palacio abortara?

— E-entonces fue usted...

— No fui yo, fue la voluntad de los dioses. Esas mujeres no eran dignas de cargar a un emperador en el vientre, tal como Joo Jaekyung no es digno de portar la corona.

— P-pero, e-es su nieto, el hijo de su primogénito.

La mujer que hasta ese instante lucía un rostro sereno y confiado, colocó la taza tan fuerte sobre la mesa que parte del té se derramó.

— Esa escoria de niño, ese pequeño mocoso, fue el fruto de las aventuras del emperador con una campesina. Ensució la sangre real y el buen nombre de nuestra familia. Ese bastardo jamás será mi nieto.

Chin Mae bajó la cabeza asustada, sabía cuán inestable era el humor de la reina, capaz de mandar a matar a sus propios nietos, iniciar un incendio y destruir su propia dinastía con tal de conseguir sus propósitos.

— Ahora hay algo más importante de lo que debemos hablar — continuó la reina — me duelen los oídos de escuchar rumores sobre el amante del emperador, y por lo que sé, al igual que su padre, le gusta mezclarse con los plebeyos. Un asqueroso campesino, un hombre, y ahora lo ha nombrado príncipe real. ¿Sabes acaso quién es?

— Sí, su alteza, se llama Kim Dan, era siervo en el harem hasta que su majestad lo nombró príncipe. Dicen que pasa las noches en la alcoba del rey y que ya no llama a ninguna concubina.

— Es repugnante, debemos deshacernos de esa asquerosa rata cuanto antes. Esto es lo que harás...






























Dan se removía de un lado a otro en su estera. Esas voces que había escuchado en el antiguo palacio seguían enloqueciéndolo a todas horas. Podía sentir vívidamente cómo le llamaban, pero le era imposible identificar el origen o de quién se trataba. ¿Acaso se estaba volviendo loco?

Por otro lado, había comenzado a notar que los siervos del palacio se dirigían a él con respeto. De hecho, las veces que intentó hacer labores domésticas no se le había permitido, y ahora pasaba los días encerrado en su habitación o caminando por el jardín. Aunque sus mejillas se ruborizaban cada vez que recordaba al señor Jae. Era increíble lo mucho que le gustaba, su corazón latía desesperado cada vez que estaban juntos. Y la idea de vivir los dos en algún lugar lejos de ese horrible palacio y su emperador era ciertamente reconfortante.

Bajo el árbol de cerezo/ Jinx Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora