Capítulo 15 🌸

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Las olas del mar llegan a la orilla de forma violenta, la luna estaba en el cielo nocturno y el mar estaba agitado. El aire mecía el cabello oscuro de la delgada mujer que estaba sentada frente al mar. Sus ojos oscuros estaban cerrados mientras la brisa acariciaba su rostro pálido.

El sonido de unas pisadas la hizo volverse para encontrar a su hijo pequeño con los ojos llenos de lágrimas y abrazando a un peluche.

- Jaekyung, cariño, te despertaste - dijo la mujer ofreciéndole unas caricias en sus mojadas y regordetas mejillas.

- mamá, tengo miedo - lloró y se aferró a su madre mientras esta le daba suaves caricias en su pequeña espalda.

- está bien, mi lobito, mamá está aquí - lo tomó en su regazo y lo acarició - perdóname, no podía dormir y entonces vine a ver el mar.

El niño hizo un leve puchero y escondió su carita en el pecho de su madre, para acurrucarse allí.

- mamá, no me dejes solo nunca más.

La mujer de cabello azabache lo estrechó en su pecho y le acarició las mejillas.

- Tranquilo, lobito, mamá nunca te va a dejar solo.

- ¿M-me lo prometes? - dijo el niño buscando sus ojos.

La mujer sonrió y le dio un beso en la frente.

- Te lo prometo, mi vida, nunca estarás solo.

El niño sonrió y se acomodó para sentir aún más el calor de su madre mientras el mar furioso hacía que las olas llegaran casi a sus pies.

- mamá... cántame la canción del lobo del bosque - dijo el pequeño azabache entre bostezos.

La madre le sonrió y lo meció en sus brazos.

- Nunca olvides esa canción, mi niño... - su voz tembló un poco - nunca la olvides...


























Los pétalos del cerezo caían en el césped, siendo llevados por las suaves corrientes de aire que se filtraban por el jardín. Y bajo el árbol, dos cuerpos sudados compartían un momento ardiente y apasionado.

Dan se aferraba con una mano al pecho de Jae y con la otra se sostenía del tronco del árbol para poder mantenerse mejor mientras sus caderas subían y bajaban sobre el azabache.

Jaekyung estaba perdido en las eróticas expresiones de su amado, admirando cada cambio en su rostro. Le encantaba; estaba enamorado. Este hombre lo volvía loco. Rodeaba su cintura con sus manos para profundizar más las sentadas mientras probaba el dulce sabor de su piel, adornada por finas perlas de sudor.

- ¡Ah!... - gimió el castaño sintiendo cómo su interior era llenado - Oh, Jae... nmh... me... estás volviendo loco.

El azabache se aferró a su espalda metiendo sus manos por debajo del hambok abierto para acariciarla, manteniendo sus respiraciones rítmicas agitadas.

Pegó su rostro en el pecho del castaño y tensó la mandíbula, estando a merced de aquel placer que lo enloquecía.

- Me gustas - musitó con los labios pegados en su piel, comenzando a embestirlo con fuerza - Me encantas, Kim Dan.

- ¡Ah! Y-ya no puedo - arqueó su espalda mientras ponía los ojos en blanco, sintiéndose próximo al clímax - Jae... creo que... ¡Ah!... me voy a venir.

- Hagámoslo juntos - apretó sus caderas para poder entrar y salir con más facilidad, mientras Dan era víctima de esa sensación que le causaba sentir cómo él llegaba a este punto dulce que lo hacía perder la razón.

Bajo el árbol de cerezo/ Jinx Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora