La muchedumbre avanza a través de las calles de la ciudad, algunos son empujados y forzados a seguir a la marea de personas que se dirigen a pozo dragón, la gran mayoría aun se preguntaba que era lo que estaba pasando.
Jace conoce la respuesta, pero no puede alzar la voz. Tampoco es que alguien lo escucharía.
Su abuela la reina que nunca fue había logrado escapar a tiempo antes de que la mantuvieran prisionera, ella voló sobre su dragón para advertirlos de la traición que estaban realizando los verdes mientras aun ni siquiera el cuerpo de su abuelo se había incinerado. Todos los verdes están en esto, puede reconocer su presencia, la reina Alicent llegando junto al príncipe Aegon, luce trasnochado como siempre suele a estarlo.
— Mi príncipe— Sir Erryk lo tomo del brazo llamando su atención y lo ayudo a seguir caminando contra la multitud que empezaba a conglomerarse en la entrada del recinto. Ellos están vitoreando el nombre de Aegon, celebrando en su nombre.
Traidores. Todos ellos.
Se deja guiar por sir Erryk, el hombre conocía mucho mejor desembarco del rey y podía ayudarlo a escabullirse a través de las calles, utilizando el ajetreo por la falsa coronación.
La misión que le encomendaron era fácil, tenia que asesinar a Otto y a Aegon, eran los únicos alfas de la familia de los verdes. Gracias a eso es que ahora Aegon podía tener la corona sobre su cabeza alegando que era el único hijo alfa del rey Viserys y que ningún omega como Rhaenyra debía estar sentada en el trono de hierro.
Entre Jace más pensaba, más hervía su sangre. Su madre se había puesto de parto cuando la noticia llego a sus oídos. Cuando Jace se marchó lo último que supo es que su madre estaba teniendo dificultades en el parto.
Quería matar a todos los verdes por igual.
“Omegas no. Encontraremos un buen sitio para ellos. Los omegas son sagrados en la antigua valiria, no podríamos matarlos. Otto lo entiende es por eso que ofrece a tu madre una relativa paz y no un lugar en las criptas”. Había dicho su tío Daemon, cuando Lucerys escribió que todos debían pagar por igual.
Jace espero paciente incluso cuando las campanas declarando a Aegon como rey de los siete reinos empezaron a sonar, haciendo que la gente estallara en vítores de felicidad ante la coronación de un falso rey, que robo la corona de su propia hermana para él.
Ellos harían que pagaran, y él se encargaría personalmente de la muerte de Aegon.
Cuando la madrugada llego la ciudad todavía estaba en algarabía, celebrando al rey, brindando en su nombre, algunos incluso estaban fornicando en las calles mientras que otros estaban maldiciendo el nombre de la princesa Rhaenyra y su falso sueño de convertirse en la reina.
“Te imaginas si esa puta hubiera llegado a reinar, los dioses se apiadaron de nosotros larga vida al autentico rey Aegon”. Jace miro a los hombres con una mueca y con su mano rozo el mango de su espada, dispuesto a rebanar las lenguas de esos hombres que habían osado insultar el nombre de su madre.
— Ya casi llegamos, príncipe— interrumpió Sir Erryk, poniendo una mano sobre su hombro en un vago gesto de apaciguar la ira de debía estar trasmitiendo su olor. — Es importante que lo haga con calma no queremos alertar a nadie de nuestra presencia— recordó con tranquilidad.
Jace asintió y tomo una profunda bocanada de aire en un intento porque su olor no lo siguiera poniendo en evidencia, sigue el paso del otro hombre.
La fortaleza roja estaba siendo custodiada claramente por los capas doradas, debían estar esperando un ataque sorpresa ya que era evidente que Rhaenys había desaparecido y alertado al bando contrario.
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Omega Meum (lucemond, jacaegon, daeffrey)
FanfictionDespués de la toma fallida de los verdes al trono, los negros toman el control y Rhaenyra se sienta como reina en el trono de Hierro. Nada mal de no ser porque Jace mordió a Aegon en contra de su voluntad y ahora está metido en apuros. Lucerys se af...