Aegon
La sensación que fluye sobre su cuerpo ha disminuido con el pasar de los días, es el tercer día en que el sol se pone sobre el cielo cuando Aegon finalmente siente que puede levantarse de la cama sin que sus piernas tiemblen como un potro recién nacido, esta agotado, tiene tanta sed y hambre que el estomago le duele. Sintiéndose tan vacío.
— Debes comer un poco —. Mira a Helaena quien esta sosteniendo un plato de frutas en sus manos, Aegon niega, no quiere comer esa basura desea comer carne y beber vino para saciarse. Su hermana empuja una fruta dentro de su boca y se ve forzado a masticarla. — Es tu ultimo día, el ultimo día siempre es el mas fácil—comenta ella con una sonrisa.
Aegon nunca antes tuvo un celo como este, no tiene una experiencia como esta para comparar, sus celos cuando lograban aparecer eran solo de dos días, irregulares a causa de los supresores.
Se vuelve a acurrucar en la cama, empuja la capa que estaba sobre su cama, ya no la necesitara así que no quiere pasar ningún momento mas con esa sucia capa.
— ¿Ya no huele lo suficiente a Jace? — cuestiona Helaena mientras empuja otro fruto a su boca. Aegon traga conformándose con el único alimento que tendrá por ahora. — Enviare a Aemond a que consiga mas ropa de Jace para tu nido.
Aegon niega.
Indignado de que sus hermanos le trajeran la ropa de Jacaerys para que armara un nido, aun peor molesto consigo mismo por ceder y terminar acurrucado con la ropa del maldito alfa traidor.
— El problema es que apesta a él. No quiero su olor cerca de mi — responde.
Helaena le dedica una sonrisa, pone el plato sobre la encimera a un lado de su cama. Ella se sienta en la cama junto a él.
— Tal vez tu no, pero tu omega si— ella pasa una mano por su cabello. Aegon se permite disfrutar el toque de su hermana. — no te avergüences por lo que sientes, ahora es tu esposo, los esposo y esposas siempre pasan sus celos juntos.
— Bueno, hermana, deberías ir a decirle eso a nuestro sobrino. Si es que no esta demasiado ocupado anudando a los salvajes norteños.
— Cregan es un alfa, no es posible que ellos— comenta Helaena con confusión, su rostro se sonroja.
Dulce Helaena.
— Esa lealtad que tiene Cregan no es sin beneficios claro, me gustaría ver quien anuda a quien— comenta con un encogimiento. Su hermana hace un gesto de indignación y pasa la mano por su cabello por ultima vez. — Te juro que cuando regrese si apesta a cualquiera de esos salvajes voy a cortarlo, Rhaenyra tendrá que coser a su hijo si es que quiere volver a verlo completo, nunca encontrara la única parte importante del alfa porque haré que Vermax se la coma.
Jace se fue huyendo con los salvajes y lo dejo solo a su suerte, y a causa de su mordida ahora no podía resistir el toque sexual de un alfa, lo intento con cuatro de sus alfas favoritos en el callejón de la seda y lo único que consiguió fue lastimarse, incluso cuando el segundo alfa se metió entre sus piernas hundió su lengua en su agujero. La sensación era horrible y ardía como si lo estuviera quemando.
— Aemond te ayudara a cortarlo, yo te ayudare a crear una distracción para esconder el cuerpo — dice con una sonrisa. Aegon se está riendo, agradece este momento de paz, se levanta y atrae a su hermana para darle un beso en la mejilla.
Pasar el tiempo con Helaena es diferente a estar con madre o Aemond, ella no lo juzga y habla con completa libertad sobre lo que le apasiona, aunque la mayor parte del tiempo Aegon no tiene idea de lo que este hablando o tratando de decir. Helaena no parece ofendida al respecto cuando la mira con total confusión, ella solo le sonríe y vuelve a lo suyo.
ESTÁS LEYENDO
Omega Meum (lucemond, jacaegon, daeffrey)
Hayran KurguDespués de la toma fallida de los verdes al trono, los negros toman el control y Rhaenyra se sienta como reina en el trono de Hierro. Nada mal de no ser porque Jace mordió a Aegon en contra de su voluntad y ahora está metido en apuros. Lucerys se af...