Omega Meum (lucemond, jacaegon, daeffrey)

Cambio de planes

Rhaenyra contiene la respiración mirando desde su lugar a Daemon, no es necesario que corrobore para saber el estado de animo en el que se encuentra el alfa, si pudiera olfatear su aroma se percataría que está molesto. Pero Daemon es tan bueno disfrazando su olor que sabe que se mantendrá neutral mientras espera que explique.

Ella sacude el faldón de su vestido cuando se levanta, hay poco de polvo de la piedra en la que se arrodillo para consolar a Alicent.

Esta cansada del silencio que los rodea.

Camina para encontrarse con Daemon y jadea sorprendida cuando la sujeta del brazo, sus manos están frotándose contra las suyas y su olor envuelve el suyo en un gesto posesivo. Alfa la empuja contra uno de los muros y Rhaenyra lo deja hacerlo, envolviéndose en el olor a madera y nuez moscada del alfa. Jadea cuando él se inclina contra su cuello, su lengua lame su marca como si estuviera restableciendo su dominio ante una posible amenaza. Permanece quieta dejándolo que tome todo lo que necesita para tranquilizarse.

— Tienes todo su olor sobre ti— se queja con una mueca de disgusto en sus labios seguido de un gruñido, antes de alejarse y dejarla sola contra la pared. Rhaenyra apoya sus manos en el frio de la muro esperando estabilizar su respiración errática, su mirada esta sobre la suya — ¿solo te llamo para poner su olor de omega como una puta? — cuestiona, su voz aun es baja, pero puede distinguir la amargura en ellas. — ¿No dijo que Helaena también quería reunirse contigo? ¡mentiras! — acusa con furia.

Rhaenyra asiente.

— Alicent solo quería hablar sobre la condición de Aegon— comienza, ve a Daemon apunto de interrumpir así que se apresura a continuar—, ella cree que Aegon y Jacaerys podrían ser destinados. Me pidió que Jace sea llamado a Desembarco para corroborar su suposición.

— Otra mentira para poder hacerse del trono— interrumpe Daemon con una carcajada que se pierde cuando ve que ella no está riendo—. No puedes creer esa mierda.

Rhaenyra escucho esa historia muchas veces salir de la boca de Alicent, incluso hubo un momento en que pensó que su tío Daemon seria su destinado, pero nunca fue tal cosa. Ellos simplemente eran fuegos, estaban destinados a estar juntos, su alfa y su omega se congeniaban. Su vínculo era profundo. Tal como fue el suyo con Alicent, ese era el principal motivo por el cual lo descarto en el inicio, no hay dos parejas destinadas, solo una.

— Por supuesto que no la creo— responde a la defensiva, le molesta que Daemon la considere tan débil en lo que respecta a los temas que tratar sobre los antiguos verdes. — Pero me da curiosidad el asunto, pediré al maestre Harbor que se encargue se revisar a Aegon. Alicent asegura que no estuvo con ningún alfa y que solo responde al olor de Jacaerys.

Daemon la mira casi pensativo, él esta pasando una mano por su cabello planteado y sus ojos se entrecierran.

— Eso no demostraría nada, podría esta fingiendo como ya lo ha hecho muchas veces— dice con un encogimiento de hombros. — Te dije que lo olfateé en el callejón, el olía a alfas. Diferentes olores no solo uno.

Rhaenyra aprieta los labios en una mueca.

— No debiste olerlo de esa forma— reprende, por mas que su hermano apestara a lo que Daemon llamo un buen vino, él no tenia porque olfatearlo. Entendía el porque Aemond reacciono de esa forma y Lucerys lo apoyo. Daemon se cruza de brazos. — Aegon puede fingir, pero Jace no lo hará. Me intriga que en su ultimo cuervo no hiciera mención de haberla pasado mal, si lo que ellos suponen es cierto Jacaerys se encontraría en la misma posición que Aegon.

Tiene sus dudas porque Jacaerys no querría preocuparla con información sobre un celo inesperado que tuvo durante su viaje, es peligroso que el heredero al trono entre en celo cuando esta lejos de casa, cualquiera podría utilizarlo a su favor. Sin embargo, Cregan y Jacaerys comparten una buena amistad desde hace años, confía en el lobo del norte lo suficiente como para esperar que su hijo se encuentre bien si es que en efecto entro en celo.