Mensajes||Rubelangel

53° Mensaje:

*Ruben*

La noche había caído en Noruega; la casa estaba algo silenciosa. Mi madre había salido con un par de amigas del vecindario y Mangel, se quedó a hacerme compañía. 

—Tu turnoh- sonreí 

Tomé los dados,los agité en mis manos, y los boté hacia el tablero de Monopolio. 

 —3- me crucé de brazos y observé los billetes de Miguel- ¿Cómo le haces?- apoyé mis codos en el suelo 

—¿Haceh quéh?- tiró los dados 

—12- murmuré algo cabreado- ¿Cómo le haces para ser tan bueno en este juego?- señalé el tablero

—Noh loh séh- alzó los hombros sin restarle importancia

—Tienes suerte- me miró

—¿Suerteh?- negó con la cabeza 

—S..-me interrumpió

— Rubiuh- volvió a coger los dados- La suerteh para Mí no existeh- fruncí el ceño- Todoh lo queh pasa es por algoh ¿noh?- 

—Supongo que sí..-dejé caer mis codos, cayendo al suelo. 

Un silencio se formó; escuchaba el sonido de los dados, las hojas moverse por el viento y el sonido de la lluvia.

Aunque era primavera, Noruega era una caja llena de sorpresas.

Cerré los ojos por un momento, pensando en todo lo que había pasado hasta ahora. Desde que Miguel me mandó aquel mensaje, desde que entablamos una conversación, cuando nos peleamos por primera vez, cuando me jugó una broma, cuando le mentí, cuando se declaró, cuando le correspondí..Y cuando fuimos Novios. 

Me sobresalté al sentir su mano en mi cabello, abrí los ojos de golpe y giré mi cabeza; sus ojos azabaches me observaban con misterio. 

—He pegado el susto de mi vida- dije en tono burlón 

No obtuve respuesta

—Tío..¿El gato te comió la lengua o qué?- 

Sentí como sus dedos se deslizaban por mi castaño cabello

—Mangel- 

Sus ojos no dejaban de observar los míos 

—Joder, no te quedes callado- 

Al decir eso, sus labios atraparon los míos; haciendo que una corriente pase por mi anatomía. 

—Waoo-murmuré.

Aquel beso fue distinto, se sintió mejor, más salvaje y romántico. 

Nuestras narices chocaron, nuestras respiraciones se mezclaron..  

—Te Amoh- habló por fin- Te Amoh..- besó mi nariz

—Y..Yo a ti-me estremecí al sentir sus labios nuevamente en los míos. 

El piso estaba algo frío, la lluvia se intensificaba, el sonido de las hojas retumbaba en el salón.

Pero eso era lo menos importante. 

Lo que me importaba era su compañía.

«Mangel...Cabrón, me tienes jodidamente enamorado»