PHYSICAL (ENZO X MATÍAS)

Capítulo 7 (segunda parte)

Manos grandes y fuertes acariciando su cintura desnuda y apretando su cadera.

Labios carnosos y húmedos marcando su cuello, explorando y besando su boca.

Matías apoyó por completo su peso en la pared, se colocó en puntitas para llegar mejor y enredó sus brazos por los anchos hombros de Enzo.

Pero aún así, incluso si podía sentir claramente las caricias de este, incluso si podía sentir vivamente el ardor y calor que empezaba a sentir en todo su ser, se preguntaba si todo esto era real. Es decir, ¿en qué momento pasó?

Enzo, el chico mayor por tres años, quien parecía bastante hetero y concentrado en sus asuntos como para fijarse en alguien menor y para nada llamativo como él, lo estaba besando como nunca.

El más bajito soltó un jadeo cuando Enzo lo apretó contra su cuerpo. Matías enredó sus dedos en el cabello contrario y se dejó llevar por la placentera sensación.

Pero...

Siendo Matías él más racional de los dos, cayó en cuenta de que probablemente estaban dando un espectáculo (si, las demás personas estaban en el salón o en las habitaciones, pero aún así existía una posibilidad) cuando Enzo tomó una de sus piernas y la enganchó en su cadera, ocasionalmente acariciando su muslo y apretando su trasero.

-Enzo, e-espera.- lo detuvo, ambos con la respiración agitada.- No...no podemos seguir aquí.

El mayor lo miró por unos segundos, sin dejar de acariciar su cintura.

-¿Vamos a una de las habitaciones?- preguntó.

-No, no, a lo que me refiero.- suspiró.- No quiero hacer esto, no ahora.- soltó con la voz temblorosa, asustado.

Enzo lo miró, primero, intentando buscar alguna señal de duda, y segundo, con una calidad inmensa que lo hizo sentir sofocado.

-Está bien, chiquito. Tranquilo.- el mayor le sonrió, acariciando su mejilla con el pulgar.- Y créeme, no tenía planeado llegar a eso tan rápido, no si eres tú.

-¿Si soy yo? ¿A qué te refie...-Matías fue interrumpido.

-Aquí estabas, Matías. Recuerdo haberte dicho que tú eras mi cita.- Blas se acercó a ellos. Y se quedó mirando, la íntima cercanía, la mano de Enzo en su cintura y en su mejilla. Blas frunció el ceño.

-Hola, Blas. Llegaste algo tarde...

-Si, tenía cosas que hacer, pero ya estoy acá.- Blas se acercó a Matías.- Vamos.- ordenó.

-Eh...-Matías miró a Enzo, quien había dejado de tocarlo y se encontraba mirando a Blas detenidamente.- Por el momento estoy con Enzo, podríamos hablar luego.

-¿Luego? Habíamos quedado en algo.- Blas parecía molesto y desesperado.

-Bueno...en realidad tú quedaste en algo.- Matías se soltó del cálido agarre de Enzo para hablar frente a frente con Blas.- Pero podés ir con los chicos, deben de estar en la barra.

-¿Con los chicos?, tú deberías de venir conmigo, ¿no quieres?

-No es eso, por el momento estoy con Enzo.- El castaño empezó a sentirse exaltado.

Y ahí fue cuando Blas lo tomó del brazo y lo jaló hasta él bruscamente.- ¿Me estás cambiando por él? Eres increíble, Matías.

-Hey, déjalo en paz, Blas.- Enzo se metió, parándose detrás de Matías.