7. ¿Tensión y una cuerda?

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• Victoria •

—Es así que serás reconocida como el primer médico militar que tendrá la legión, tendrás derecho de salir con nosotros a las expediciones y así mismo, desempeñar tu papel de médico si algún soldado la necesita. Felicidades Lancrotte —sonreí ante el comandante Shadis quien me entregaba una bata blanca pero con escudos de la legión bordados en ella— ahora que lo conseguiste no te vuelvas tan arrogante.

—Gracias comandante —tome la bata, quería dar saltitos de emoción y eso hice—

Había sido un nombramiento frente a todos los capitanes y algunos soldados, mejor que sea así. Estaba feliz y nadie me quitaría esa felicidad, Hange y Nanaba no tardaron en abrazarme felices y así mismo, se nos acercó Mike y el capitán Erwin, el último mencionado me volvió a felicitar y yo volví agradecerle.

Consideraba ese gesto lindo de su parte.

—Tenemos libre el resto de la tarde y noche, ¿Qué procede? —Nanaba animó al resto, era fin de semana y tenía el día libre—

—Salgamos a beber, tenemos a la primera médico militar aquí, así que hay que celebrarlo —añadió Hange incitando a todo el mundo— Listo, nos veremos en una hora para ir a Trost.

—Escuché que abrieron un bar decente al fin —Mike sonrió—

Bueno, ya estaba decidido, iríamos a Trost.

A la hora que Hange indicó, todos bajamos encontrándonos en el establo para irnos en los caballos de la legión. ¿Que si eso estaba permitido? No, pero Shadis decidió hacer de la vista gorda por el día de hoy.
No tarde en subirme en mi caballo al igual que los demás, iríamos un total de seis personas, Hange, Moblit, Nanaba, Mike, el capitán Smith y mi persona.

—¿Listos para esta aventura? Nos tomará treinta minutos en caballo hasta Trost —indicó Hange con esa personalidad alegre de siempre— ¡Andando!


Tal y como lo dijo mi amiga de lentes, treinta minutos fueron suficientes para llegar al lugar y dejar a los caballos en un lugar cercano y bien cuidados. Al entrar al bar rápidamente percibí el olor del alcohol y tabaco, pero parecía ser un ambiente calmado y el lugar no estaba tan feo.

—Sentémonos aquí —cada uno tomó su lugar y estaba sentada entre Hange y Moblit, la primera mencionada tenía uno de sus brazos por mi hombro. No tardo una señorita en venir hacia nosotros y anotar lo que queríamos—

—¿Estaría bien una cerveza para ti? —el capitán Erwin me miró, el era quien indicada las bebida que queríamos. Sonreí—

—Está bien, gracias —el asintió y terminó el pedido, seguido de eso, se puso hablar animadamente con Mike—

Esperaba que la cerveza no tenga un grado de alcohol alto, por que no quería embriagarme esta noche. Pero parecía que el destino me odiaba.

—Les traje de las cervezas más fuertes que tenemos en nuestro bar, eso para los soldados más valiente de la legión —la señorita mesera sonrió coqueta y volvió a su lugar—

Me tocó soportar, si bien no era muy tolerante al alcohol. No era de las que no aguantaba ni una cerveza, pero no conocía mi límite y tampoco quería conocerlo.
Pero tampoco quería dañar el ambiente no bebiendo, vamos Victoria, ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Lluvia Cálida//Erwin SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora