Epilogo

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A partir de ese día todo ha ido mejorando: Emily y yo estamos mejor que nunca, ella tiene el trabajo de sus sueños y yo ciertamente me siento conforme con las pequeñas "Proezas Compensatorias" como las llama ella. Ya no tengo miedo en mostrarme como soy, ya no me pienso ocultar detrás de alguien que no soy. Soy Tracer, y aunque sigan habiendo personas que no les parezca que haga la diferencia en las calles de Londres, tendrán que soportarme, porque mi determinación es más grande que lo intolerancia de los demás.

Eso es algo que me gustaría que todos mis ex-compañeros de Overwatch quisiera que intentaran, me daba curiosidad saber que estaban haciendo actualmente. Así que me puse a investigar un poco.

La Dra. Ziegler continúa brindando atención medica en bases militares y zonas afectadas por la guerra alrededor del mundo, ciertamente nunca dejo de hacerle honor a su lema: "Los Héroes Nunca Mueren". Aún sin portar su armadura de Valquiria, ella seguía salvando al mundo a su manera.

Lo único que quedaba de la Capitana Amari era su hija Fareeha, nunca tuve el gusto de conocerla, pero sabíamos que estaba ansiosa por trabajar en Overwatch, hasta que la Capitana murió en acción. Desde entonces siguió en el ejército egipcio por un par de años, hasta que recientemente descubrí que había sido asignada en una compañía de seguridad privada: "Helix Security International". En donde al parecer está llamando bastante la atención por mostrar ciertos rasgos de líder que no me sorprendería que hayan sido heredados por su madre.

Cole Cassidy regreso a Estados Unidos, lo último que supe es que se volvió un Cazarrecompensas y ahora tenía bastantes enemigos detrás de él. A Genji me costó trabajo encontrarlo, trato de cubrir sus rastros, pero lograron verlo en el Monasterios Shambali con los monjes, al parecer está intentando llevar una vida pacifica lejos del crimen, la violencia y la venganza.

Por su parte, Reinhardt se "retiro" oficialmente y regreso a su natal Stuttgart, tampoco se quedó de brazos cruzados, continúo defendiendo la justicia, pero me sorprendió saber que la pequeña Brigitte lo estaba acompañando. La última vez que la vi era una niñita que apenas me llegaba a la cintura, pero ahora se está convirtiendo en una chica grande y fuerte, estoy segura de que no tardara en volverse una gran escudera. Su padre Torbjörn se dedica ahora a perseguir y desmantelar las armas que el mismo creo que ahora estaban siendo utilizadas por las manos equivocadas.

La Capitana Chase regreso pacíficamente a Canadá, parece que disfruta una vida tranquila de soldado retirado, pero ese nunca ha sido el estilo de vida que le ha gustado llevar, estoy segura que algo planea.

Estaba al tanto de todos los miembros de Overwatch con los que trabaje excepto del que más me importaba: Winston. Él desapareció, como si se hubiera desvanecido, por mucho que buscaba en lugares clave, viajaba a nuestras viejas instalaciones y hablaba con algunos de nuestros viejos contactos, nadie sabía dónde estaba. Hasta que tuve una idea.

La caja que le llego a mi padre, la del Sr. Espacial. Si lograba descifrar el remitente quizás podría tener la ubicación de Winston o por lo menos tener una pista de donde se ocultaba. Así lo logré, pude encontrar la ruta del paquete y procedía de una ubicación clasificada de Overwatch: El Observatorio Gibraltar. Ahí es donde estaba Winston.

Me dirigí allí rápidamente, El Observatorio fue uno de los primeros lugares que fueron embargados por la ONU, pero siempre destaco por tener un sistema de seguridad bastante elevado que no permitía que ni siquiera las ratas se acercaran.

Cuando llegue todo parecía abandonado como debería ser, pero algo me decía que no estaba solo del todo. Los sensores de las puertas estaban encendidos y las cámaras emitían la luz roja que señalaban que, en efecto, funcionaban. Alguien estaba dentro, en cuanto puse un pie en el perímetro, varias miras laser me apuntaron al instante.

—¡OYE WIIINSTOOON! —. Grite con cierto nerviosismo. —Mira lo que te traje! —. Saqué un bote de crema de maní de mi chaqueta y lo mostré frente a la cámara. Las luces se apagaron y un ruido estruendoso se escuchó dentro.

De pronto una de las enormes puertas de los pisos elevados se abrió y Winston salto disparado del interior cayendo frente a mi retumbando fuerza en el suelo. El rayo del sol iluminaba su silueta impidiéndome verle la cara al principio.

—Lena...

—Hola, Grandote... Por fin te encuentro.

—Venir hasta aquí, es arriesgado.

—Pero sabes que querías que te encontrara.

Nos quedamos paralizados por unos instantes en medio del hostigante silencio del lugar. —Abrázame ya, tontuelo!

Winston me cargo con ambas manos y me abrazo con fuerza entre su enorme pelo. —No vuelvas a desaparecer así, entendiste!? Me asustaste, creí que te habían hecho algo—. Le reproche al borde de las lágrimas.

—Perdóname Lena, no quería lastimarte. Es solo... Creí que quizás asi era mejor. Para todos.

—Prométeme que no te alejaras.

—Lo prometo. Todo el tiempo que he estado solo aquí, me hizo entender que los extraño a todos y sobretodo a ti. Gracias por venir, Lena.

—Ay! Winston. Tengo tantas cosas por contarte.

—En serio?

—Oh! No finjas que no sabes lo que paso en los últimos meses, también por eso vine hasta acá. Nunca te agradecí por todo lo que hiciste por mí, y cuando digo todo, me refiero a "todo", Winston.

—Solo hice lo que cualquier persona estaría dispuesta a hacer por ti, Lena. Te mereces eso y más.

—Si... Sobre eso, hay alguien a quien me gustaría que conocieras, Winston.

Winston se puso nervioso y llevo sus manos al rostro. —Lena, acaso tu...?

—Si Winston, esta en el auto esperando... Sorpresa!

—Oh rayos! El lugar está hecho un desastre. Mírame! Parece que me revolqué días en la selva, Lena! No estoy preparado.

—Tranquilo, se van a llevar bien. Le he hablado mucho de ti.

—Espero que hayan sido las cosas buenas.

—Jaja! Siempre Winston... Siempre.

Live and Let Die: Una Historia de OverwatchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora