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Max

Desperté y lo primero que pude ver fue a Quackity amarrado a una silla dormido, yo estaba igual solo que sin estar dormida.

Todas las armas que teníamos estaban en una mesa principal, pero, la navaja estaba en el suelo, y, aunque trate de tomarla no pude y me di por vencida.

Se escucharon unos pasos y volví a hacerme la dormida. No quería saber que me pasaría y por más que quisiera pararlo no podría, estaba indefensa.

─ Que piensas hacer con él? ─Pregunto una voz que se le hacía demasiado conocida─

Pero era vez su voz no era de un hombre, sino una mujer. Se parecía a la voz de su madre pero era imposible que ella tuviera algo que ver.

─ Matarlo o probablemente lo dejemos inconsciente, la verdad no tengo idea. ─Respondió la voz grave y me asusté─ a la única que necesito es a mi Max.

Cuando escuché eso no pude evitar tragar saliva fuertemente y levanté la mirada.

Vi a las dos personas y lo primero que quise hacer es largarme a llorar. Mi madre, la queridísima persona que confíe y apoye en todo estaba llena de sangre con una sonrisa en su rostro y la otra persona era un poco más vieja que mi madre pero igual estaba lleno de sangre.

─ Se levantó nuestra hija Maximiliano. ─Dijo mi madre viéndome─

─ Hijita mía! Que tal? Nos costó mucho elaborar un plan tan lindo como este. ─Me habló mi supuesto padre─

Yo me quedé en silencio por unos segundos tratando de recapacitar todo esto.

─ Y ahora? ─Pregunté y ellos se miraron mutuamente─. Me queréis matar? Adelante.

Ellos se rieron como si les hubiera contado un chiste y yo solo temblaba del miedo por todo esto.

─ Nena, primero mataremos a tus amigos, diremos que fueron ellos quien iniciaron todo esto y nosotros como buena familia nos defendimos. ─Explico mi madre sonriente y yo la mire con asco─ y, pum! Saltamos a la fama.

─ O sea que todo esto es por fama? ─Pregunté y ellos asintieron─. Sois unos malditos enfermos!

Les grite con rabia y ellos me miraron mal, pero ya nada me importaba más que salvar al grupo de chicos.

─ Cariño, si quieres también te podemos matar. Nos tienes que apoyar si quieres vivir. ─Me dijo mi madre sonriéndome e hice una mueca─

─ Prefiero morir antes que apoyaros. ─Dije con rabia y sin mirarlos.─

Mi madre me pegó una cachetada fuerte y la mire estupefacta. Ella me miraba sería y mi padre me miraba un poco con pena.

─ A nosotros no nos hables así! Maldita mocosa, encima que te damos la opción de vivir. ─Dijo mi madre enojada acercándose a mi─

La escupí justo en todo el medio de la cara y ella hizo una cara de asco total. Yo me reí y mi padre me tomo del pelo bruscamente.

─ Pídele perdón a tu madre! Quién te crees para hacer eso?! ─Dijo él haciéndome daño y yo negue─

─ Ni loca le pido perdón, se lo merece. ─Sonreí como psicópata y me soltó para ir a ayudar a mi madre─

Ellos se fueron e intenté aprovechar para tomar el cuchillo. Mis intentos sirvieron para algo, pues logré tomarlo y empezé a cortar las cuerdas de mi mano rápidamente.

Cuando logré desatarme entera, me levanté y fui a por Alex a desatarlo. Lo desperté, el me miró confundido pero yo tomé el arco y le di el cuchillo a él.

─ Luego te cuento, ahora tenemos que salir. ─Respondí sería y con la flecha lista por si cualquier cosa─

Alex asintió y salimos de aquel lugar en completo silencio. Se oía los quejidos de mi madre y mi padre hablándole.

─ A dónde creéis que vais? ─Se escucho una voz detrás nuestra─. Maximiliano, Martina! Se quieren escapar!

Mis padres llegaron y se sorprendieron al verme con el arco.

─ Qué haces con eso? Te prohibí usarlo! ─Gritó mi madre y le apunte la cabeza─

─ Una palabra más y juro que te mato! ─Grite decidida y Alex solo se dedicaba a mirarme raro─

─ No te creo capaz, no eres lo suficientemente valiente para disparar esa fl- ─Ella no pudo terminar la oración pues cambie de dirección la flecha y le di en el estómago al ayudante─

Alex y yo salimos corriendo al ver que mis padres se quedaron sorprendidos. Ellos al darse cuenta gritaron pero nosotros ya estábamos bastante lejos.

─ Qué cojones está pasando?! ─Preguntó Quackity mientras corríamos─

─ Son mis putos padres los asesinos! ─Le dije y él paró de correr─. Qué coño haces? Vamos!

─ Tus padres? Qué clase de padres son los tuyos? ─Me dijo enojado─. Ha matado a uno de mis amigos y vete a saber si más!

─ Te crees que yo quiero esto? Nada que ver, yo metí a mi padre a la cárcel por violencia y mi madre me tuvo rencor desde ese día. ─Dije suspirando con melancolía─. Pero no tengo tiempo para contarte, venga vamos. Nos esperan.

A él no le quedó de más que acompañarme y fuimos hacia el lugar que quedamos con los chicos.

𝐒𝐂𝐀𝐑𝐘 𝐂𝐀𝐌𝐏 ; Alexis Quackity ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora