El Pintor.

capitulo 31 Sombras en la Superficie

Después de su fugaz encuentro en el pintoresco pueblo, Bastián Luc se sumió nuevamente en las sombras de su propia existencia. Aunque había intentado brevemente escapar de la danza macabra que lo ataba, las telarañas del destino eran implacables, atrayéndolo de nuevo hacia su oscuro sendero.

En su estudio, la sinfonía de la danza macabra retumbaba una vez más. Las pinceladas de sangre en el lienzo, impregnado con la esencia de sus víctimas, eran como recordatorios palpables de su propia dualidad. Mientras la ciudad continuaba ajena a la tragedia que se tejía en las sombras, Bastián se sumergía más profundamente en su propia locura.

Condujo por caminos solitarios, la oscuridad de la noche envolviendo su auto como un manto siniestro. En la soledad de la carretera, las sombras del pasado se reflejaban en la superficie del parabrisas, recordándole la inevitabilidad de su destino retorcido. Cada kilómetro recorrido era un paso más hacia el abismo que él mismo había creado.

El siguiente acto en la danza macabra estaba por desplegarse, y Bastián, atrapado en las telarañas que tejía con cada movimiento, se preparaba para enfrentar las consecuencias de sus elecciones. La ciudad, ajena al tumulto interno del pintor psicópata, seguía su curso, mientras las sombras se intensificaban en la superficie de su vida, listas para revelar la tragedia oculta que se avecinaba.