El Pintor.

Capítulo 6: Entre Sombras y Silencios

Mientras Gérard se veía envuelto en el nuevo caso, Bastián continuaba su vida aparentemente normal en París. La galería de arte era su refugio, y cada pincelada era una danza macabra que mantenía oculto su oscuro secreto. Sin embargo, el destino conspiraría para apartar al pintor del radar del detective, al menos por un tiempo.

Gérard, inmerso en la resolución del caso periférico, lidiaba con giros inesperados y secretos enterrados en los rincones más oscuros de la ciudad. Mientras se sumergía más profundamente en la trama, Bastián se deslizaba entre las sombras, aprovechando la oportunidad para distanciarse temporalmente de las miradas inquisitivas.

En la galería, el pintor se encontraba ocupado preparando una nueva exposición que cautivaría a la alta sociedad parisina. Sus obras, cuidadosamente seleccionadas, ocultaban los rastros de sus oscuros actos, permitiéndole mezclarse una vez más entre la multitud sin levantar sospechas.

La ciudad, ajena al juego mortal que se libraba entre las sombras, continuaba su danza cotidiana. Bastián, mientras tanto, tejía su red de engaños con cada trazo, sabiendo que la oportunidad para revelar la verdad estaba a la vuelta de la esquina.

En un giro sorpresivo al final del capítulo, un inesperado viaje de Bastián lo llevó lejos de París. Un compromiso artístico en el extranjero lo sumergió en un nuevo entorno, temporalmente liberándolo del escrutinio de Gérard. El detective, ajeno a la partida del pintor, seguía inmerso en su propia búsqueda, sin sospechar que la clave para desentrañar el enigma se alejaba momentáneamente de su alcance.La sombra de Bastián se disolvía en la distancia mientras el avión lo llevaba a nuevos horizontes. Sin embargo, el pacto entre la luz y la oscuridad estaba lejos de romperse, y París, aunque momentáneamente liberada del yugo del pintor, seguía siendo el escenario de una danza mortal que aguardaba su próxima actuación.