Capitulo 16

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Iba caminando hacia la sala y escuche a Asael hablar por teléfono, estaba de espaldas y al parecer aún no me había visto

-Claro yo le diré -varias lágrimas se escapaban son cesar de sus mejillas, las cuales estaban pálidas

-Si, lo se. Será muy duro para él -suspiro triste -Yo estaré para él, lo prometo, si. Adiós, gracias- y finalizo la llamada y seguía llorando

-Asael.... ¿Sucede algo? - pregunte preocupado

-Amigo lo lamento mucho -camino hasta mi con sollozos

-¿Qué?..... ¿Qué sucede? -volví a preguntar

-Han encontrado su cuerpo -me miraba serio y con voz rota y lágrimas rodando por su cara

-Él..... ¿El cuerpo de quien? -titubee asustado, ¿de qué mierdas me hablaba?

-Elizabeth....., hallaron su cuerpo esta mañana -me abrazo llorando. Y entre en estado de shock... Pero ella no... Ella no estaba muerta

No, no podía ser cierto ¡carajo!, yo acabo de verla. Frente a mi, acabo de verla

-Claro que no, acabo de verla, tu.... Tu estas loco -hable frío y serio

-Amigo lo superaremos juntos -susurro llorando aún

-No Asael, no hay nada que superar -hable

-Scott ella esta en un lugar mejor, ahora esta con Jane- su voz se quebró al mencionar aquel nombre

-No Asael, ¡maldición! Te juro que acabo de verla, y Eli también la vio -tome su brazo con fuerza y camine hasta la habitación de la pequeña

-¡Scott!, ¿Qué mierdas haces? -grito el pelinegro

Abrí la puerta y la niña seguía plácidamente dormida entre la sábanas rosa, toque el interruptor de luz y la habitación se ilumino, Asael trataba de decirme algo pero no lo escuchaba, estaba muy sumido en el enojo, camine hasta la cama y cuando moví las sábanas la niña no estaba

-Scott cálmate por favor -me dijo Asael y por primera vez lo escuche y este se adelantó y miro la cama

-¿Dónde esta Eli? -pregunto desconcertado

Miramos por todo el cuarto y la vi en un rincón de la habitación

-Allí -llame la atención de mi amigo señalando el rincón, la niña estaba de pie mirando al vacío

-¿Eli? -llamo Asael pero esta lo ignoro y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y le detuve con el brazo por auto reflejo, la niña dio un paso al frente y Elizabeth la seguía apareciendo de una extraña oscuridad, mire a mi amigo y palideció por completo

-E...¿Elizabeth? -hable titubeante y mostró una sonrisa maliciosa y camine hacia ella

-¡NO! -grito Asael pero no le preste atención, aparte a Eli con cuidado quedando frente a mi amada, pero había algo olímpicamente diferente en ella, su ojos eran totalmente negros, ocultando cualquier rastro de bondad

-Scott -hablo con una voz gutural satánica y me quede totalmente paralizado, esta me tomó del cuello con fuerza y deje de sentir el suelo bajo mis pies

-E...e...Elizabeth....-susurre con la poca fuerza que me estaba quedando, sentí como ella se desplazaba a algún lugar de la habitación conmigo colgando como llavero de sus ya no tan delicadas manos, y todo lo que vi antes de quedar inconsciente fue a Asael golpeándola por la cabeza haciéndola caer sobre mi al suelo

-Lo siento -susurro mi amada antes de que ambos quedáramos inconscientes y sólo quedase sumido en la oscuridad...

****

Parpadee varias veces tratando de adaptarme a la luz de la habitación completamente blanca, trate de levantarme pero algo ataba mis muñecas y pies impidiéndomelo mire hacia los lados con dificultad causándome una leve jaqueca y estas estaban con ¿cadenas?, ¿qué carajos?, mire mis pies y mis tobillo estaban atados de igual forma. Estaba encerrado en una especie de cuarto de cristal y junto a mi estaba Elizabeth dormida y atada al igual que yo, la pared de cristal nos dividía en el pequeño cuarto, trate de forcejear pero era inútil

-Mierda -susurre desesperado y sintiendo la impotencia recorrerme

-¡Elizabeth! -grite con fuerza pero esta no me escuchaba y seguí gritando su nombre desesperado pero esta parecía que se había quedado sorda hasta que vi como habría lentamente sus ojos y trataba de levantarse al igual como yo lo hice hace unos segundos y fracaso al igual que yo

-Ayuda -susurro/grito asustada, hasta que me único con la mirada y dio un respingo

Sus palabras me destrozaron haciendo que la impotencia me poseyera y las lágrimas salieran por mis ojos

-¿Quien eres? -frunció el ceño y me destrozo el corazón

Una vida demoniacaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora