Capitulo 13

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Caí inesperadamente en el abismo, pero antes de chocar con el suelo unas grandes y majestuosas alas negras aparecieron en mi espalda haciendo que no galleta de golpe. Cuando mis pies tocaron el suelo mire a mi al rededor, ¡Dios! olía a muerto. Todo a mi al rededor era negro, era como una clase de cueva y en el piso de piedra habían pequeños huecos llenos de lava ardiendo y por alguna extraña razón no me quemaba, si, ya se, vi lava y tenía ganas de tocarla. Y unos hombres con túnicas las cuales no me dejaban ver su rostro se me acercaron

-"Bienvenida al infierno" susurraron todos y se fueron. Escuche lamentos de gente, crucé los brazos buscando una salida con la mirada y no vi nada y el asqueroso olor tampoco me dejaba pensar así que caminaba a paso lento y precavido, entre las tinieblas apareció un gran monstruo y mis ojos quedaron bien abiertos, nunca había visto nada parecido, media al menos unos 3 metros, tenía pelaje negro y opaco, unos grandes ojos rojos, tenía dos cabezas y eran como la de un lobo con grandes colmillos y unas largas y afiladas garras en sus largos brazos

- Por aquí mi señora - hablo con una voz demoniaca señalando un túnel por el cual había llegado. Camine insegura con las grandes alas negras extendidas

- Mi señor la espera - dijo con una voz gruesa y de terror, ¿de cuál señor hablaba?

- Lucifer, si se pregunta de quien hablo - hablo haciendo darme un respingo por el repentino habla sacándome de mis pensamientos

- Soy un demonio por si se lo pregunta - explicó y su otra cabeza no dejaba de mirarme intimidandome y yo solo me quede estupefacta, seguimos caminando por el largo pasillo de la cueva, y una bestia paso junto a nosotros, era gigante, era como una persona súper estirada y sin ojos y largos colmillos sobre sus labios negros, cuando paso a mi lado se detuvo y me olfateo, me detuve en seco, y mi corazón se aceleró sobrenaturalmente mientras la bestia seguía olfateando en todos lados y el otro monstruo que me guiaba hacia no se dónde se detuvo y giro hacia nosotros

- Dejadla estúpido, es el Anti Cristo - dijo mostrando sus afilados colmillos en forma de amenaza

- Perdonad mi señora - y asomo una sonrisa siniestra que me causo calos fríos

- Avance - dijo el monstruo que me guiaba hace un rato y pasamos por una puerta y mi curiosidad no tardo en surgir efecto y me detuve a ver, la escena era horrible pero por alguna extraña razón me gustaba lo que veía. Una gigante olla, casi del tamaña de un estadio llena de almas y una larga fila de gente esperando por su turno, todas se veían viejas y arrugadas y si cuerpo totalmente esquelético

- Te gusta lo que vez - hablo el monstruo que me guiaba, lo dijo más como una afirmación que como una pregunta

- Si - musite inconscientemente y de inmediato lleve mis mano a la boca, yo no dije eso ¿o si?

- No se asuste, es la sopa de almas - su voz demoniaca ya no me asustaba

Pasamos por un arco de piedras que anunciaba el fin del largo pasillo y después de que todo el humo se fuera vi todo el infierno, pero era la parte central, donde se encontraba el diablo. Una extraña sensación apareció en mi, me sentía en..... en casa, la escena que tenía frente a mis ojos era totalmente inexplicable. Era como una gran cueva, pero una muy muy gigante, al principio solo hay gente siendo torturada por varias clases de demonios, les arrancaban los brazos y piernas sin piedad alguna mientras ellos suplicaban por sus miserables almas, entre ellos vi a famosos rockeros por más increíble que suene, Freddie Mercury, John Lennon, Michael Jackson y Kurt Cobain

Kurt es todo para mi desde que lo escuche cantar, no se por que pero mi cuerpo corrió hacia él, y con una fuerza inexplicable que no se de dónde saque empujé al demonio que lo torturaba, este me tomó de las manos implorándome que lo sacara de aquí y yo solo me quede en shock, sentí las manos del monstruo tomarme de un brazo violentamente para separarme

- Dejadlos, esos miserable ya no tienen remedio, están condenados para el resto de sus putas vidas - seguía con su voz que asustaría a cualquiera de la peor forma, pero a mi ya no me asustaría nada, caminamos hacia un gran trono que estaba al fondo de la cueva, pero un grupo de gente apareció de la nada, eran totalmente hermosos, casi como la similitud de la perfección y me quede mirándolos

- Son súcubos - explico el demonio - Son demonios también así que no te fíes de ninguno mi señora - hablo con voz gruesa y uno de ellos paso junto a mi y me sonrió pervertidamente guiñandome un ojo

- Mi señora - hablo el súcubo tomando mi mano para besarla y hacer un reverencia

Y siguió su camino sin perderme de vista

Seguí caminando junto al monstruo

- ¿Cuál es tu nombre? - pregunte indiferente

- Barbatos y me encargo de torturar almas desde que Lucifer fue desterrado del cielo, se todo sobre todos aquí - se presentó - Yo ya conocí a su prometido - y una sonrisa siniestra apareció en su vil rostro. Lo ignore por que sabía que sólo quería jugar con mi mente

- Así que eres muy viejo - sisee y este sólo me miro de reojo

- Hasta aquí llego yo, usted solo siga por allí - señalo el resto del camino y asentí caminando, varios niños como Ariel, pálidos de ojos totalmente negros y pálidos, con la ropa rasgada y anticuada pasaron riendo junto a mi, y Ariel iba incluida allí

- Hola mama - dijeron todos al unísono sin dejar de correr y desaparecer entre las tinieblas

Seguí caminando hasta que llegue al trono, este estaba de espaldas a mi, así que camine y cuando lo mire me encontré con..... ¿Nada? ¿¡Es en serio!? Aaaagh, pero cuando me gire un hombre apareció frente a mi, por dios... Este era idéntico a todas las fotos que te enseñan de Dios, una Barba, cabello un poco largo hasta los hombros y café claro su rostro era angelical, él espectadores míos definitivamente era idéntico a Dios, solo sus orbes, sus orbes Rojos....

Una vida demoniacaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora