Capítulo 1. 🖤

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Kail

No era un buen hombre, tampoco me consideraba una mala persona, estaba lejos de ser un buen samaritano. Cuando ayudaba a alguien, lo hacía desde el anonimato, ya que no me gustaba recibir elogios y ese tipo de cosas. Me consideraba un hombre egoísta que siempre aprovechaba cualquier oportunidad para tomar lo que quería y lo que le gustaba. Así que cuando me enteré de que el señor Graham estaba "subastando" a su hija en matrimonio, no dudé en hablar con él.

Conocía a Rhona desde que era una niña y tuvo un enamoramiento conmigo cuando era adolescente. No negaba que era bonita, pero era demasiado linda e inocente para mí. Aun así, no podía permitir que su horrible padre la comprometiera con un hombre al que no conocía, y aunque yo no era perfecto, al menos no estaba dañado como los demás tipejos que la querían para su esposa. Si podía salvarla de algún enfermo, lo haría.

—¿Cómo está eso de que te vas a comprometer con la hija de Graham? —preguntó Kirsteen, al mismo tiempo que alzaba una ceja.

—Su padre la está enviando al matadero —le respondí. Cerré la carpeta con documentos que revisa, ya que no tenía caso si ella estaba aquí haciendo preguntas —. La puso en venta como si fuera una joya valiosa. Si supieras cuantos depravados preguntaban por ella y te aseguro que ni uno de ellos tiene buenas intenciones.

—Yo tampoco creo que tengas buenas intenciones con ella —la miré y alzó una ceja —. ¿O sí?

—No, no tengo buenas intenciones con ella, pero al menos tendrá una vida digna a mi lado. No la voy a maltratar y después ya veré cómo la dejo libre de este falso matrimonio —respondí.

Kirs negó con la cabeza y puso los ojos en blanco.

—No me mires así, mejor ayúdame con algo —terminó por ceder y se sentó frente a mí.

—¿Qué necesitas? —la mostré la tableta que había estado revisando minutos atrás.

—Quiero que compres esta casa —señalé la imagen de la propiedad —. La necesito para ya, ¿entendido? —frunció el ceño —. No creerás que vamos a vivir aquí, ¿o sí? —alcé una ceja.

—¡No sé, Kail! —gritó bajito —. Apenas estoy procesando que mi mejor amigo se va a casar con una desconocida —masculló —. Deja que piense bien las cosas.

Se tomó unos minutos para respirar y procesar lo que estaba sucediendo.

—Kirs, le estoy haciendo un favor con esta boda. Te lo aseguro —negó haciendo un gesto de desagrado —. Así que te encargo la compra de esta casa y si necesita alguna remodelación ya sabes qué hacer —asintió.

—De acuerdo. Haré lo que me pides y solo porque confío en ti y sabes lo que haces —le agradecí con una sonrisa.

—Gracias, Kirs, sé que puedo contar contigo. Ahora, si me permites, tengo que hablar con mi futuro suegro —entornó los ojos.

—Qué manera tan sutil de decirme que me vaya y que ya no me necesitas —negué y sonreí —. Está bien —dijo con voz indignada —. Me voy para que puedas hablar con el horrible de tu suegro —se levantó de la silla.

—No te enojes —empujó la silla al frente.

—¡No estoy enojada! —cogió sus cosas y salió de mi despacho.

—¡Sí, lo estás! —le grité de vuelta.

Antes de que el padre de Rhona llegara guardé los documentos y me preparé para hablar con ese horrible hombre. Me arreglé y acomodé la ropa para verme decente.

—Kail —Vaila entró al despacho con una bandeja. Caminó hacia mí y dejó la bandeja encima del escritorio —. Te ves muy guapo esta noche.

—Yo siempre me veo guapo, Vaila —sonrió.

Intenciones Oscuras (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora