ISEKAI KOSMOS: GUERRA POR LA EXISTENCIA

Capítulo 13: El Avatar de la Maldad.

KOSMOS

GUERRA POR LA EXISTENCIA

CAPÍTULO13: El Avatar de la Maldad.

-En ese sello permanece dormido un SUPREMO DAIMONAS...-.

Un desagradable sudor frío cayó por la nuca de todos y al mismo tiempo un fuerte estado de estupor hizo lo que le vino en gana con la ahora gelatinosa carne de Alexander y de los demás presentes.

Sus piernas temblaron sumidas en verdadero miedo, parece que hasta cederían ante un aparente aumento de la gravedad por lo que sus cuerpos pasaban, aunque todo fue mental, simplemente el miedo los carcomía y les hacía imaginarse cosas que no eran. La terrible noticia convirtió a sus carnes en masas gelatinosas las cuales no eran capaces de seguir sosteniendo sus cuerpos. El terror ocasionado por la nueva y terrorífica información era de tal magnitud que la mente se les apago por unos brevísimos momentos, logrando recuperar la cordura antes de que todos cayeran de espaldas.

Era un nuevo mundo de terror que les adormecía hasta los pensamientos.

-¿SUPREMO DAIMONAS?- interrogó Alexander sudando de miedo y nerviosismo, no pudiendo procesar al completo la repentina y verdaderamente desagradable información. Lo aterrador de la situación era tal que no sería raro que comenzara a sudar sangre -¿a-a qué te refieres con eso? s-se supone que so-solo existe hasta el considerado como SUPERIOR DAIMONAS, en ningún lado se ha mencionado que existiera algo superior a eso, nunca jamás... ni siquiera lo hemos visto en algún libro-.

-Debo disculparme, humano, pero esa es toda la información que se nos ha permitido compartir a los sobrevivientes de este infierno- respondió la bella Valquiria -solo puedo decirles que si el SUPREMO DAIMONAS es liberado, sería el peor desastre que podría sucederle al mundo. Por favor, no tenemos tiempo que perder, quisiera pedir la ayuda de todos ustedes, de esa manera podríamos hacer algo para impedir el despertar de tan peligrosa existencia-.

Consternadamente, el grupo se dedicó miradas de pesadumbre entre ellos, sus ojos sumidos en la más pura consternación al mismo tiempo que un insondable miedo los cubría bajo un frío y sombrío manto.

Cada uno hizo memoria, recordando los frescos acontecimiento que no hace más de una hora cada uno de ellos vivió y sobrevivió, siendo testigos de actos verdaderamente horribles. Las heridas que soportaron, los golpes que recibieron, las horrorosas muertes que tuvieron que presenciar. Ver como la ciudad que tanto les ha costado construir y sacarla adelante era destruida por esos seres tan nefastos y abominables.

No sabían que hacer ni que decir, solo Alexander tuvo el coraje suficiente para levantarse y animarse a encarar a la Valquiria quién a pesar de poseer una belleza encantadora, seguía siendo una poderosa guerrera de los cielos.

-Lo siento- Alexander miró directo a los ojos de la guerrea celestial -pero todas las personas que pelearon en contra de los DAIMONAS ya han evacuado la ciudad, hemos dado la orden de que escaparan cuanto antes, sus vidas eran mucho más importantes y además ya no podíamos hacer nada. Si volviera a dar la orden de que volvieran a pelear, dudo mucho que la obedecieran-.

La Valquiria centró su mirada de fríos ojos a quién fue el líder de Gignit y este continuó hablando.

-Por el pedido que les hice al principio, de que todos se quedaran a defender a Gignit, demasiadas personas han muerto y de maneras que no puedo mencionar. Otras han perdido a seres muy importantes para ellos. No sé si las bestias y criaturas mágicas sigan peleando, pero nosotros ya no podemos seguir, ya no podemos más... nosotros debemos velar por el futuro de nuestros hijos que se abren camino a la adultez-.

Alexander bajo la cabeza con algo de pena -sé que esta es una situación que pone al mundo en un peligro más allá de nuestra comprensión, por que verdaderamente somos incapaces de comprenderlo, pero por favor entiéndenos. Somos mortales, muy diferentes a ustedes los habitantes de los cielos, tenemos un límite de cuanto podemos resistir... no nos queda energía ni voluntad para volver a pelear porque tenemos miedo, en verdad lo sentimos. Hasta me parece algo de otro mundo lo que diré, pero por favor, pidan refuerzos a los cielos-.