ISEKAI KOSMOS: GUERRA POR LA EXISTENCIA

Capítulo 12: Todo está perdido

KOSMOS

GUERRA POR LA EXISTENCIA

CAPÍTULO 12: Todo está perdido.

Esta era la última oportunidad para defender a Gignit.

Humanos peleando lado a lado con personas de otras razas, todas con el único objetivo de repeler a la peligrosa amenaza DAIMONAS, a aquellos seres que contaminan y destruyen el mundo con su sola existencia. Esos seres a los que se debe extinguir cuanto antes, y depende de todos cumplirlo.

A diferencia de muchas bestias y criaturas mágicas que contribuyen a la naturaleza y hacen funcionar al mundo correctamente, los DAIMONAS son absolutamente innecesarios, ni siquiera sirven para mantener un equilibrio seas estos de índoles políticos o natural. Simplemente son estorbos para Kosmos.

No Contribuyen en nada, hasta los pequeños insectos contribuyen al mundo mientras que los DAIMONAS solo existen para destruir, no forman parte de ningún ecosistema existente, solo matan y consumen todo y a todos, sin total discriminación.

Las pisadas de todo el ejercito defensor hacía eco al momento de impactar en contra del duro suelo, avanzando con ferviente valor, deseosos de acabar con esas malignas abominaciones y librar al mundo de la mayor cantidad de DAIMONAS posible, evitando así que en un futuro estos DAIMONAS maten a otros seres vivos.

Los ataques mágicos volaban por encima de todos, ataques de fuego, de agua, sonoros, de luz y oscuridad entre otros. Vistosos y no tan vistosos, capaces de destruir una gran área como aquellos más contundentes e incluso capaces de ocasionar una muerte instantánea. Todos estos tipos de ataques mágicos iban dirigidos a los DAIMONAS con el único objetivo de eliminarlos de la faz de Kosmos de una vez por todas.

Incluso técnicas mágicas, de larga, media y hasta corta distancia fueron lanzados, de toda clase y tipo, de diversos efectos diferentes, pero todos cumplían con una importantísima condición y era, causar el mayor daño posible a esos indeseados enemigos.

Al frente de todo el ejecito, corriendo a gran velocidad en fila, uno al lado del otro, diez personas a quienes llevaban el título de ser las diez personas más fuertes de la ciudad. Aquellos que siempre plantaban cara a cualquier peligro que amenazara la paz de este lugar que tanto les ha costado sacar adelante y convertirlo en la ciudad que ahora es.

Alexander con un rostro teñido en la más primitiva furia, Valentina apretando con todas sus fuerzas la legendaria Espada de la ventisca, Hermán preparado para cortar lo que sea. Todos los diez estaban iguales.

-¡SIGAMOS EL PLAN!- exclamó Alexander -ENTRE LOS DIEZ ATACAREMOS UNO A UNO A LOS LORES DAIMONAS, DE ESA MANERA PODREMOS ELIMINARLOS MÁS RÁPIDO Y EFICIENTEMENTE-.

-¡SI!- fue la respuesta recibida por parte de sus compañeros listos para dar la vida en esta desesperante batalla.

Finalmente, el choque entre ambos bandos se produjo, donde chocaron los metales, la plata, el oro. Donde potentes técnicas mágicas fueron lanzados y se dispersaban en todas las direcciones y donde los fuertes ataques mágicos colisionaban en contra de sus objetivos produciendo efectos devastadores.

Todo se había vuelto un verdadero infierno.

...

-Cuantos más de los nuestros van a caer hasta que podamos eliminar a todos estos horrendos DAIMONAS-.

Desde la cima del gran árbol, Dry contemplaba con miedo los destrozos y la destrucción que ha provocado hasta el momento el avance de la batalla en contra de los DAIMONAS.

-¿Por qué estas criaturas han venido a atacarnos?-.

Su puro corazón era incapaz de comprender a esas macabras criaturas, que solo buscaban destrucción y consumirlo todo. Sus ojos derramaron unas lágrimas al observar la ciudad que sus preciados amigos tanto se han esmerado en construir y hacerla progresar. Todas esas bonitas casas que con los años fueron erigiéndose, ahora destruidas y ardiendo en llamas.