ISEKAI KOSMOS: GUERRA POR LA EXISTENCIA

Capítulo 16: La Cautiva Ciudad Mi'nera

KOSMOS

GUERRA POR LA EXISTENCIA

CAPÍTULO 16: La Cautiva Ciudad Mi'nera.

La luna, el único juez de la noche, aquel que vigila al mundo y la que iluminando brinda de una tenue luz al mundo nocturno. En esta tensionada noche, la luna se veía más hermosa que nunca o al menos así lo era para Christopher que, en cuyos verdosos ojos se refleja la majestuosidad del pequeño satélite de Kosmos.

Como si fuera una polilla atraída por una brillante luz, Christopher era incapaz de apartar la mirada del vigilante ojo de los cielos nocturnos, la luna. Con ello su mente volvió a ser consumida por los recuerdos de su vida pasa, aquellos gratos recuerdos de cuando vivía en su querido y cálido Paraguay.

Abrió su mente, tratando de encontrar entre una linda pero corta vida, algún recuerdo en dónde él, mirando al basto cielo del planeta tierra haya visto una luna tan infinitamente bella como lo era la luna de Kosmos.

Le fue imposible, durante su estadía en la tierra, nunca antes había contemplado tan majestuosa vista.

...

Conforme el grupo conformado por Christopher, Sebastián, Lucía y el comerciante iba acercándose al pueblo Mi'nera, las grandes formaciones rocosas comenzaban a ser cada vez más visibles y se elevaban cada vez más hacia lo alto, como si estuviesen rascado las nubes. Y es bajo estas formaciones rocosas, que más allá de ser rocas eran minerales gigantes que debido a las altas horas de la noche parecían ser oscuros, aunque probablemente eran de varios colores a excepción algunos otros los cuales parecían tener la propiedad de brillar sin la necesidad de que una fuente externa los ilumine.

Es de estos lugares, o más bien, bajo estos gigantescos minerales de dónde se sustraen o que vendría siendo el sustento del pueblo la base de la economía de Mi'nera, la venta de minerales.

El pueblo Mi'nera es conocido por ser uno de los tantos pueblos, fuera de cualquier imperio, cuya economía se basa casi principalmente en la minería, también es uno de los tantos pueblos bendecidos con una muy abundante fuente de minerales cuyo valor de mercado es bastante atractivo.

Y es gracias a la comercialización de los minerales extraídos en las minas que han podido generar suficientes ingresos y así poder pagar por la construcción de una muralla que fungiera como una línea de defensa que rodea al pueblo y así protegerlo. La muralla posee unos seis metros de altura, está hecho de los gruesos troncos del árbol absteigen. Posicionados uno al lado del otro de tal manera que sería imposible atravesarlo entre los espacios entre uno tronco y el otro.

La terminación superior de estos troncos era puntiaguda, haciendo más dificultoso el tratar de escalarlos en caso de que algún invasor tratara de ingresar.

El portón de entrada que al mismo tiempo era el de salida del pueblo estaba constituido del mismo material que las murallas, aunque ciertas partes fueron reforzadas con placajes y partes de hierro, también fueron colocados algunos resortes para que fuera más fácil el acto de apertura y cierre.

El pueblo también posee varias casas bastante parecidas una a la otra, pero hay una en particular que resaltaba por sobre todas las que eran parecidas y eso dejando de lado al que aparentemente es una posada con tres pisos de altura. Esta casa o más bien, el lugar de residencia de quién debería ser el mandamás del pueblo, posee dos pisos de altura contando a la planta baja.

Masetas con grandes plantas y hasta algunos cactus adornaban el exterior y la zona de la entrada.

En la puerta era más que visible el dibujo de un pico utilizado comúnmente para minar, hasta el picaporte tenía dicha forma, dando un poco más de magia al pueblo.