Capítulo 4: ¿Que Haremos?

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KOSMOS

GUERRA POR LA EXISTENCIA

CAPITULO 4: ¿QUE HAREMOS?

Parte 1: Mientras tanto.

Medio día en la ciudad Gignit, de las veinticuatro horas que posee un día, en específico son estas horas las más esperadas por todas las personas, sean de Gignit o fuera de la ciudad. ¿A qué se debe esto? Pues es la tan esperada hora del almuerzo. El momento de saciar el hambre y la sed de todos, llenar los estómagos, reponer energía y un breve descanso. El hambre es capaz de ocasionar severos cambios de humor para mal y llenar la panza es una excelente forma de combatirlo.

Cada restaurante, comedores e incluso los pequeños puestos callejeros orientados a las comidas abarrotadas de personas dispuestas a saciar el hambre que no los deja en paz. Es gracioso ver el preciso momento en que el agradable aroma de la comida ocasiona estragos en sus mentes.

Entonces, nos ubicamos en cierto restaurante orientado específicamente hacia las personas vegetarianas como lo son los Elfos, los semi-humanos pertenecientes a los clanes herbívoros e incluso a aquellos humanos que han preferido dejar la carne de lado.

No por eso las comidas servidas en el restaurante serian menos sabrosas. Estas comidas son preparadas de tal manera que son consideradas un verdadero manjar, extremadamente deliciosas y bastante nutritivas.

El restaurante lleno, había mesas para dos, cuatro e incluso seis personas. Cada mesa ocupada por clientes quienes sonriendo y con mucha hambre realizan sus pedidos.

Las lindas meseras sean estas humanas o semi-humanas se paseaban por todo el lugar recibiendo y anotando las ordenes de sus clientes, otras ya acercaban los apetitosos platos vegetarianos hasta sus respectivos dueños para que estos pudieran degustar y disfrutar tan exquisita comida.

-¿Qué le gustaría pedir joven señorita?- interrogo de muy buena manera una de las meseras del restaurante, cabello atado en cola de caballo, el uniforme del restaurante, con hoja y lápiz en mano más que listas para ser usadas y anotar allí el pedido.

-Oh vaya- dijo la mujer semi-humana del clan Cérvido, una de las muchas variantes que posee este clan y en este caso la bella dama es una semi-humana venado de cola blanca. Cabellera castaña, suelta y muy buen cuidada con largor alcanzando la zona de la espalda alta.

Bonitos y brillantes ojos con el color asemejándose al de la dulce miel. Orejas iguales al del animal saliéndoles del mismo lugar en donde estarían las orejas de un humano, sobre la cabeza le crecían lo más característico de su clan y al mismo tiempo lo que más la llenaba de orgullo, sus cuernos de venado. La que la marcaba como un ser perteneciente al clan.

Sus cuernos eran algo largos, individualmente los mismos se separaban en ramificaciones, daba cierta sensación de que en verdad parecían ser puntiagudas ramas secas de árboles. Pero no, eran el símbolo de orgullo de este clan. Una figura esbelta sin tanto busto, pero bien formadas caderas y bonitas y torneadas piernas.

-Como siempre tú sabes que decir para que te deja buena propina-. Con algo de vergüenza la mesera encargada de tomar la orden bajo la cabeza con un bien marcado sonrojo, no hay nada de malo en querer ganarse algún extra. No hacía nada malo a nadie, no ofendía a las personas, más bien las elogiaba -para mí, quisiera un suflé de zanahoria grande- normalmente, las chicas son las que suelen preocuparse y cuidar más de su figura. Una chica, por decirlo de alguna manera ''normal'', elegiría la porción pequeña o mediana. Había una razón de gran importancia del porque ella eligió la porción grande.

-Acompañado de salsa de tomate y... un vaso de vino- esto último lo dijo casi en un susurro para que su importantísimo acompañante no pudiera escucharla. La mesera procedió con anotar el pedido mirando ahora al tan importante acompañante.

ISEKAI KOSMOS: GUERRA POR LA EXISTENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora