—¿De verdad no vienes, Twilight? —preguntó Spike con una voz llena de preocupación mientras cerraba la pequeña maleta. El sonido del silbato del tren y el bullicio de la estación intensificaban la tensión del momento.
—Spike, la fiesta es para ti. Tienes que ir y disfrutar —respondió Twilight con una sonrisa, tratando de aparentar calma.
Desde que Spike había salvado el Imperio de Cristal, había sido celebrado como un héroe, y aunque ya le habían organizado una fiesta, los habitantes del imperio querían más. Esta vez, un festival de dos semanas en su honor, donde él sería juez en diversas actividades, era lo mínimo que el pequeño dragón merecía.
—¡Pero, Twilight! —insistió Spike, sin querer dejarla sola—. ¿Estás segura de que estarás bien? Ya sabes, con las... pesadillas. —Las últimas palabras fueron apenas un susurro, pero Twilight se estremeció.
—Spike... —murmuró Twilight, mirando al suelo.
Desde su regreso a Ponyville tras la derrota del Rey Sombra, las noches de Twilight habían sido inquietas.
Se despertaba a mitad de la noche, pálida y asustada, perturbando tanto a Spike como a Owlowiscious. Aunque quería que Spike disfrutara de un descanso merecido, no quería que él cargara con su preocupación.
El último llamado de embarque resonó en la estación. Los últimos pasajeros comenzaban a abordar, pero Spike seguía inmóvil, con los ojos llenos de incertidumbre.
—Spike, estaré bien, ¿vale? —dijo Twilight, tratando de tranquilizarlo—. Además, anoche dormí muy bien.
Spike sabía que eso no era cierto. Las pesadillas no habían cesado; Twilight simplemente había pasado la noche despierta, mirando al techo de su habitación, tratando de evitar otro sueño aterrador.
—Está bien, Twilight... —finalmente cedió Spike, abrazándola con un gesto cariñoso pero débil. Luego subió al tren y la miró desde la ventana.
—¡Volveré pronto, Twilight! ¡Dos semanas! —exclamó mientras el tren comenzaba a moverse lentamente.
Twilight le devolvió la sonrisa, convencida de que Spike estaba exagerando. Después de todo, solo eran dos semanas. ¿Qué podría pasar en tan poco tiempo?
Suspirando, comenzó su camino de regreso a casa, a la Biblioteca del Roble Dorado. Ahora, el verdadero desafío era descubrir la razón de su insomnio, aunque en el fondo ya sabía la respuesta. Eran esas horribles pesadillas, de las que olvidaba los detalles al despertar, pero que siempre dejaban una sensación de opresión en su pecho. A pesar de la luz de la luna que se filtraba por la ventana, todo lo que veía era oscuridad.
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La noche había caído, y Twilight estaba sola en su habitación, acompañada solo por la tenue luz de la luna que se filtraba por la ventana. Aunque reinaba la calma, su mente era un torbellino de preguntas y dudas. No quería dormir, pero no parecía tan mal cerrar los ojos por un momento.
Las noches en Equestria solían ser pacíficas, pero para Twilight se habían convertido en una lucha constante contra sombras inquietantes.
Un escalofrío recorrió su espalda mientras observaba el anochecer. El silencio de la noche no era pacífico, sino opresivo, como si algo susurrara a su alrededor, tentándola con murmullos casi imperceptibles.
Se envolvió más en su manta, tratando de protegerse de la creciente sensación de inseguridad. La noche se extendía como una fina niebla, llena de secretos peligrosos.
Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que su manta, su cama y su habitación habían desaparecido. Una sensación de desconcierto la invadió mientras miraba a su alrededor con incredulidad. Se encontraba en un lugar que parecía un bosque, pero todo estaba envuelto en una oscuridad tan densa que ni siquiera la luz de la luna podía penetrarla.
Sintiendo la necesidad de moverse, comenzó a caminar lentamente, guiada solo por su intuición, hasta que finalmente llegó a un pequeño estanque que reflejaba débilmente el resplandor de la luna.
De repente, un sonido inquietante rompió el silencio: un suave gruñido que resonaba en la oscuridad. Twilight se tensó, cada músculo en alerta.
—¿Quién está ahí? —gritó, su voz una mezcla de miedo y determinación.
La tensión llenó el aire mientras su voz resonaba en la oscuridad. Sus ojos escanearon cada sombra, cada rincón, pero no encontró más que silencio, como si el gruñido hubiera sido una ilusión. Sin embargo, el sonido volvió, más fuerte... y más cerca.
Un escalofrío la recorrió al ver lo que emergía de las sombras: una criatura hecha de pura oscuridad, con ojos fantasmalmente verdes que la miraban con malevolencia.
—¿Qué... qué eres? —susurró Twilight, tratando de mantener su voz firme mientras intentaba comprender a la terrorífica entidad que tenía ante ella.
La criatura permaneció en silencio, sus ojos brillando con una intensidad que hizo que Twilight sintiera un nudo en el estómago.
Parecía que la entidad movía el hocico, como si intentara hablar, pero no salía ningún sonido de su boca. Twilight frunció el ceño, intentando escuchar algo, cualquier cosa. Y aunque no escuchó ninguna palabra, una extraña sensación se apoderó de ella: una súplica, un grito de ayuda que no podía entender del todo.
—No entiendo... —dijo suavemente, dando un pequeño paso hacia la criatura, manteniendo la guardia. Pero antes de que pudiera acercarse más, la entidad se desvaneció en la oscuridad como si nunca hubiera estado allí.
—Espera... ¡no te vayas! —gritó, su voz resonando en la quietud de la noche. Pero no hubo respuesta. Solo silencio.
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Twilight se despertó de repente, respirando con dificultad y con el corazón acelerado. Owlowiscious, su fiel compañero, revoloteaba a su alrededor preocupado, sus grandes ojos reflejando la ansiedad de su dueña. ¿Cuándo se había quedado dormida? —se preguntó, todavía desorientada—. ¿Había sido todo solo un sueño?
Se incorporó lentamente en la cama, tratando de ordenar sus pensamientos. La sensación en su pecho era tan real que parecía resistirse a dejarla, como si la pesadilla se aferrara a ella incluso después de haberse despertado.
—¿Qué... qué fue eso? —exclamó Twilight, su voz temblando de confusión. Su arrebato hizo que Owlowiscious se sobresaltara en el aire, sorprendido por el tono alarmado de su amiga.
Twilight saltó de la cama, su mente todavía atrapada en la aterradora visión. No quería volver a dormir, temiendo enfrentar de nuevo esa imagen. Pero había algo en los ojos de aquella figura oscura, un brillo desesperado que parecía suplicarle que se acercara. ¿Podría ser que alguien, o algo, estuviera tratando de comunicarse con ella a través de sus sueños?
La idea no era tan descabellada. Twilight, siendo quien era, no podía simplemente ignorar la posibilidad. Se apresuró a su escritorio, revisando pergaminos y esparciendo montones de libros. Pasó las páginas frenéticamente, buscando cualquier referencia a la comunicación a través de los sueños. Pero a pesar de sus esfuerzos, no encontró nada que le diera una pista.
La noche pasó mientras revisaba un tomo antiguo tras otro, sus ojos cansados escaneando cada palabra con una mezcla de ansiedad y esperanza. Pero no encontró nada. Ninguna respuesta que explicara lo que había experimentado. La frustración comenzó a invadirla, pero más allá de eso, la preocupación crecía.
¿Qué había sido ese sueño? ¿Y por qué sentía que, de alguna manera, era más que una simple pesadilla?
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ʟᴀ ꜱᴏᴍʙʀᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ꜱᴜᴇÑᴏ |ᴛᴡɪʙʀᴀ
FanfictionDespués de derrotar al Rey Sombra y salvar el Imperio de Cristal, Twilight comienza a sufrir pesadillas recurrentes sobre un monstruo de sombras. ╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳╳ Ship: Rey Sombra x Twilight Sparkle TWIBRA Personajes: Twilight...