𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 6 - Conexión

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—Esto no puede estar pasando, ¿verdad? —seguía repitiendo, tratando de ocultar el rubor que subía a su rostro.

Ayer, Twilight salió tambaleándose de la panadería, con la mente acelerada y el corazón palpitante. Se apoyó contra la puerta de su casa, tratando de respirar y reunir sus pensamientos; ya era medianoche.

—Esto no puede ser real —se susurró a sí misma, intentando calmarse y controlar el enrojecimiento—. No puedo estar sintiendo esto por... ¡Ni siquiera es un pony! —exclamó.

Apoyó la cabeza en la almohada, gritando internamente. Definitivamente, esto no podía estar sucediendo.

—No es así... Solo es que... estoy tan cansada, sí, eso debe ser —murmuró para sí misma.

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Esa noche, Twilight se revolcó en la cama, con los pensamientos corriendo a toda velocidad mientras trataba de entender sus nuevos sentimientos. Había intentado racionalizarlo, diciéndose que era solo el resultado de la fatiga, pero en el fondo sabía que era algo más que eso.

—Esto es ridículo —murmuró en voz alta, enterrando su cara en la almohada.

—Es solo... una pesadilla, después de todo. No, ni siquiera sé qué es...

Twilight continuó revolviéndose en la cama, tratando de despejar sus confusos pensamientos y emociones. Sin embargo, cada vez que cerraba los ojos, las imágenes vívidas volvían a atormentarla. Finalmente, el sueño la venció.

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—Está bien, aquí estoy —dijo Twilight, esperando encontrar el mismo lugar oscuro de siempre. Pero cuando miró alrededor, se sorprendió.

—¿Qué?

En lugar del ambiente sombrío conocido, se encontraba frente a un vasto cielo estrellado. No solo el cielo, sino todo el espacio a su alrededor parecía un inmenso lienzo azul, salpicado de miles de estrellas brillantes.

—¿Qué está... pasando? —murmuró, sintiendo como si pudiera levitar en el aire e incluso tocar el cielo. A lo lejos, vio una figura familiar.

En medio de este vasto cielo, había una colina, y en la colina estaba él, acostado perezosamente como un gato, observando las maravillas del universo.

—¡Hey! —exclamó Twilight, intentando acercarse. Se impulsó hacia él con demasiada fuerza, atravesándolo y pasando por su lado. Sin embargo, con un movimiento rápido, él la atrapó y la devolvió a su lado.

—Ah, gracias —dijo Twilight, respirando con dificultad—. ¿Qué es todo esto? —preguntó la unicornio, esperando ansiosamente una respuesta.

La criatura no dijo nada y no la miró; seguía observando el cielo estrellado. Esto frustró a Twilight, quien decidió intentar algo más para captar su atención.

—¿Hiciste esto... para mí? —preguntó, esperando alguna reacción. Y la obtuvo.

El ser giró rápidamente, como si hubiera oído algo increíble. Abrió la boca para disculparse, pero luego se detuvo y volvió a desviar la mirada.

—No me digas... ¿realmente hiciste esto para mí? —dijo Twilight, sorprendida. No esperaba que fuera verdad. —Vamos, mírame.

A pesar de sus esfuerzos, el ser seguía evitando su mirada. Twilight se levantó y se posicionó en la dirección en la que él estaba mirando, pero por más que se moviera, él siempre giraba la cabeza.

—¿Así es como va a ser? —dijo Twilight, cansada y frustrada. Ella fue ignorada.

Twilight suspiró, exhausta y con un deseo creciente de entender quién era este ser y por qué aparecía en sus sueños.

—¿Por qué? —preguntó, paseando frente a él, tratando desesperadamente de captar su atención—. ¿Por qué no puedes simplemente decirme quién eres? ¿O qué eres? ¿Por qué haces estas cosas que solo me confunden? —dijo antes de rendirse y sentarse con un suspiro de frustración.

El silencio llenaba el cielo, solo roto por el zumbido distante de las estrellas. Él seguía mirando hacia otro lado, evitando su mirada a toda costa.

—Por favor... —intentó de nuevo Twilight, con la voz apenas un susurro—, mírame...

Él seguía evitando su mirada, pero esta vez parecía sentir la súplica en su voz. Su expresión se suavizó ligeramente, como si estuviera luchando consigo mismo. Lentamente, muy lentamente, sus ojos se volvieron hacia ella.

Por primera vez, Twilight pudo ver sus ojos, brillando como joyas en la oscuridad. La miraban intensamente, escrutándola por dentro y por fuera. La tensión en el aire era palpable; se sentía como si estuvieran a punto de cruzar una línea invisible.

—¿Quién eres? —repitió la unicornio, sin romper el contacto visual. Su mirada se encontró con la suya, y por un impulso, extendió una pata hacia él, sin saber exactamente qué buscaba, pero necesitando un toque de conexión.

Él no se movió, pero pudo sentir el suave calor de su piel en sus extremidades, calentando las suyas. Era una sensación extraña y agradable al mismo tiempo.

Por un momento, permanecieron así, conectados a través de ese leve contacto, pero luego él retiró su pata, dejándola vacía y con la garganta seca.

—Por favor, di algo... —susurró Twilight, con la pata todavía extendida hacia él. Él la miró intensamente durante unos segundos.

Finalmente, con una ligera vacilación, levantó su pata y la colocó debajo de la de ella. Era tan cálido contra el suyo.

El tiempo parecía detenerse mientras sus patas se tocaban, creando una conexión eléctrica entre ellos que parecía tan llena de tensión como de expectativa.

—¿Eres real? —preguntó Twilight, con la voz apenas un susurro.

Su toque envió chispas a través de su cuerpo, como una caricia que iba más allá de lo físico.

Él no respondió, pero su agarre se apretó ligeramente, un gesto que expresaba más que palabras. Sus ojos permanecieron fijos en los de ella. Abrió la boca y movió los labios, pero Twilight no pudo distinguir lo que decía.

En un instante, todo comenzó a desvanecerse, y ella despertó, sola en su cama.

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Twilight despertó de un sobresalto. Su corazón estaba acelerado, y el vívido recuerdo de esos momentos con él permanecía fresco en su mente.

Se sentó en la cama, confundida y con un millón de preguntas corriendo por su cabeza. Trató de procesar lo que había sucedido en el sueño.

—¿Por qué me haces esto? —susurró, hablando consigo misma, sintiéndose impotente ante los misterios.

ʟᴀ ꜱᴏᴍʙʀᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ꜱᴜᴇÑᴏ |ᴛᴡɪʙʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora