El frío acero de la cuchilla, un instrumento cargado de desesperación, trazaba líneas sobre mi piel como un intento frenético de liberar la tormenta furiosa que se arremolinaba en las profundidades de mi ser. Cada incisión, como un grito silencioso, era una plegaria desesperada dirigida a un universo aparentemente indiferente. Sin embargo, esa tarde sombría, en el rincón solitario de la escuela, mis acciones, lejos de pasar inadvertidas, desencadenaron una serie de acontecimientos que alterarían irreversiblemente mi vida.
La sangre, una mezcla grotesca de desesperación y liberación, manchaba mis manos, creando un cuadro impactante que contrastaba con la aparente normalidad de la escuela que me rodeaba. El eco de mis sollozos desgarradores se entrelazaba con el sonido distante de las clases en marcha, mientras mi mundo se contraía y se reducía a esa pequeña esquina donde la oscuridad amenazaba con devorarlo todo.
El descubrimiento no fue sutil; la mirada aguda de mi mejor amiga captó la gravedad de la situación. Sin titubear, se dirigió directamente hacia la profesora V y le compartió la inquietante revelación de las marcas que había notado en mi brazo. La reacción en cadena de eventos que se desencadenó a partir de ese momento marcaría un antes y un después en mi camino hacia la recuperación.
Después de unos minutos de deliberación, mi mejor amiga y yo decidimos dar un breve paseo por el colegio, en un intento de escapar temporalmente de la abrumadora realidad que se cernía sobre mí. Sin embargo, nuestros intentos de evasión se vieron interrumpidos cuando la profesora V nos avistó y, con un gesto decidido, llamó a mi amiga. Dado que estaba a su lado, opté por acompañarla en ese inesperado encuentro.
La profesora V, con una expresión de preocupación evidente en su rostro, no tardó en dirigirme una mirada inquisitiva y planteó la pregunta crucial: "¿Qué pasó?". Mis palabras, cargadas de pesar, escaparon de mis labios al confesar que me sentía terriblemente mal. Ante esta confesión, la profesora V no dudó en pedirme que mostrara mis brazos. Levanté mi brazo y ella gentilmente subió la manga de mi sudadera, revelando las marcas que, de alguna manera, pretendía ocultar.
Fue en ese momento cuando la preocupación se intensificó. La profesora V, sin perder tiempo, indagó si había realizado esas autolesiones en el mismo colegio. No tuve más opción que asentir con la cabeza, confirmando la cruel realidad que me envolvía. Sin demora, la profesora V tomó la iniciativa de llevarme directamente a la psicóloga K.
Descendimos rápidamente por las escaleras, el sonido de nuestros pasos resonando en la premura que envolvía la situación. La voz inquieta de la profesora V cortó el aire con la noticia de que iban a llamar a una ambulancia. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y, en un instante, mi mente se tornó un lienzo en blanco, sin más que el eco de esa decisión crucial. Las lágrimas comenzaron a fluir sin control mientras continuábamos nuestro apresurado caminar, cada paso marcado por la incertidumbre de lo que estaba por venir.
Al llegar a la sala contigua donde la psicóloga K estaba, me dejé caer en el sofá, que parecía absorber la intensidad de mis emociones desbordantes. Mis sollozos continuaban, una expresión palpable de la tormenta emocional que rugía dentro de mí. La sala, impregnada de una atmósfera tensa, se convirtió en un refugio temporal donde mi vulnerabilidad quedó expuesta y donde las palabras apenas podían expresar la carga de dolor que llevaba.
Minutos más tarde, nos dirigimos hacia la enfermería, un lugar que se convertiría en mi refugio temporal durante las próximas horas mientras esperábamos la llegada de la ambulancia. Me recosté en la camilla, mi mente girando como una máquina de pensamientos constante. Mientras esperaba, me sumergí en el resplandor frío de mi teléfono celular, buscando refugio en la pantalla que, aunque iluminada, no podía disipar la oscuridad que nublaba mi mente.
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¿Vale la pena?
غير روائيEste libro se centra en la lucha contra los pensamientos suicidas y la desesperación que pueden experimentar las personas que enfrentan esta situación. La descripción enfatiza la importancia de encontrar esperanza incluso en los momentos más oscuros...