El reloj en la pared parecía moverse con una lentitud exasperante, sus ticks resonaban como un recordatorio constante de la espera. Me encontraba sentado en la sala de espera del consultorio del psiquiatra, mis piernas inquietas temblando bajo el peso de la ansiedad que me invadía. Mis manos sudorosas se aferraban al respaldo de la silla mientras observaba fijamente la puerta cerrada que conducía al encuentro que tanto temía.
Cada latido de mi corazón era como un tambor frenético, y mi mente estaba llena de pensamientos revueltos. Había esperado tanto tiempo para esta consulta, y sin embargo, ahora que estaba a punto de enfrentarla, la ansiedad amenazaba con desbordarme por completo. Las preguntas sin respuesta, los temores ocultos y la incertidumbre sobre lo que vendría a continuación me nublaban la mente, convirtiendo la sala de espera en un espacio claustrofóbico donde la tensión era palpable.
En ese preciso instante, el palpitar de mi corazón era un estruendo atronador que resonaba en mis oídos, un recordatorio constante de la batalla que libraba mi mente. La sala de espera, con su iluminación fría y sus muebles de aspecto imperturbable, parecía un microcosmos de emociones a punto de estallar. Mi cuerpo estaba tenso, las piernas apenas sostenían mi peso y mis manos, empapadas en sudor, se aferraban desesperadamente al respaldo de la silla como si fuera mi única conexión con la realidad.
La puerta cerrada que conducía al despacho del psiquiatra se alzaba como un umbral que me separaba del enigma de mi propia psique. La incertidumbre sobre lo que encontraría al cruzar esa barrera era abrumadora, y la esperanza de que pudiera ofrecerme respuestas se mezclaba con el temor de que no pudiera entender la complejidad de mis pensamientos y emociones.
En aquel momento, la ansiedad se encontraba en su punto álgido, como una tormenta que se avecina con relámpagos y truenos, y yo me encontraba en el epicentro. Estaba dispuesto a adentrarme en lo desconocido, consciente de que ese era el primer paso en mi búsqueda de respuestas, en mi búsqueda de un camino que pudiera llevarme hacia la ansiada paz interior.
Sin lugar a dudas, esta historia no se despliega en este punto de inflexión, sino que sus raíces se hunden en la profunda memoria del día 12 de septiembre del año 2023. Fue entonces cuando mi mamá pronunció una frase que resonó en el vacío de mis pensamientos durante días interminables. Con un tono serio y helado, dijo: "El jueves tienes cita con la psiquiatra". Esa frase, aparentemente simple, se convirtió en el epicentro de un terremoto emocional que sacudió mi mundo interior.
De inmediato, la ansiedad se apoderó de mí, como un monstruo hambriento que devoraba mis pensamientos y mi ser. No sabía cómo reaccionar ante esa revelación. Por un lado, experimenté un ligero alivio, como si finalmente mi voz hubiera sido escuchada, como si alguien hubiera notado la tormenta que había estado azotando mi mente. Pero, por otro lado, me inundó un temor paralizante, un miedo profundo y oscuro que se cernía sobre mí como una sombra implacable.
La idea de que tendría que enfrentarme a una consulta psiquiátrica me aterraba. No sabía qué me depararía ese momento, ni siquiera estaba seguro de entender completamente el alcance de mi propia situación. El solo pensamiento de comenzar un tratamiento médico, de adentrarme en el mundo de la medicación, me hacía temblar. Una pregunta se repetía obsesivamente en mi mente, como un eco incesante: "¿Qué había ocurrido para que yo llegara hasta este punto?"
Mis pensamientos eran como un torbellino furioso, una danza caótica de emociones encontradas. Mientras el calendario avanzaba inexorablemente hacia el día de la cita, yo me encontraba atrapado en un laberinto de reflexiones y temores. Cada día que pasaba se volvía una cuenta regresiva hacia lo desconocido, hacia la búsqueda de respuestas que, aunque necesarias, se sentían como un viaje hacia lo inexplorado, hacia el abismo de mi propia psique.
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¿Vale la pena?
Non-FictionEste libro se centra en la lucha contra los pensamientos suicidas y la desesperación que pueden experimentar las personas que enfrentan esta situación. La descripción enfatiza la importancia de encontrar esperanza incluso en los momentos más oscuros...