La noche envolvía las retorcidas calles de Zaun con un manto oscuro, creando un ambiente cargado de peligro inclusive para aquellos que residían en la zona. Caitlyn, quien se encontraba acompañada por Vi y Jayce, se acometía en los callejones sombríos en busca de Jinx, aquella criminal que tenía el expediente repleto de actividades delictuales y que, día tras día, triplicaba los cargos.
Caitlyn lideraba la persecución ese día, su mente completamente enfocada en la captura de la escurridiza chica. Vi, observando a detalle la zona en caso de cualquier ataque sorpresivo, y Jayce, con uno de sus tantos inventos en mano, seguían de cerca a la sheriff de Piltover, listos para enfrentar cualquier tipo de obstáculo.
El eco de las explosiones se escuchaba en la distancia, marcando el avance de la criminal por las calles, en ese momento exacto de la noche, desoladas. La adrenalina fluía por las venas de Caitlyn cada vez más fuerte a medida que acortaban la distancia que les separaba del objetivo.
De repente, un destello de luz iluminó el callejón donde se encontraban, revelando la figura de quien, con tanto esmero, llevaban buscando. La sheriff aceleró el paso, el taco de sus botas resonando en el suelo empedrado a la vez que sostenía con firmeza el mango de su arma. Sabía de antemano que era mejor prevenir antes que lamentar otra pérdida; la menor era una bolsa constante de sorpresas absolutamente no agradables. Frunció aún más el ceño.
Vi, con la preocupación reflejada en sus ojos grisáceos, intercambió una mirada fugaz con Jayce. Sabían que esta vez debían capturar a la chica antes de que causara más estragos en la ciudad.
Últimamente, su hermana había estado más activa de lo normal, lo cual era alarmante. La cantidad de atentados se encontraba en una maldita cúspide; las personas evitaban a toda costa merodear hasta altas horas de la noche, las calles y puentes fronterizos eran fiscalizados con recelo y los espacios públicos se encontraban en constante resguardo de parte de la policía de Piltover.
No era seguro para nadie de arriba.
Mientras avanzaban, Caitlyn no podía evitar sentir una mezcla de emociones: ansiedad por atrapar a la mujer, pero también una gran preocupación. Llevaba rato siendo amedrentada por una extraña sensación, algo le decía, le "gritaba" que parase, que no era el momento y lugar para encontrarse allí, que aún estaba a tiempo para dar la orden y retirarse; sin embargo, ignoró su intuición.
Finalmente, divisaron a la delincuente entre las sombras, la silueta de ésta recortada contra el brillo de las llamas que expulsaba un tambor de metal que servía para, tal vez, aminorar el frío de las personas en situación de calle. Caitlyn apretó el puño con fuerza, lista para atacar al mínimo movimiento.
—¡Allí está! —exclamó Vi, señalando hacia adelante—. ¡No la pierdan de vista!
Jayce asintió con seriedad, ajustando los guantes hextech que protegían sus manos.
—Tenemos que atraparla antes de que siga destruyendo todo a su paso —dijo con firmeza—. Piltover no puede permitirse más daño.
El trío avanzó con rapidez bajo el cielo ennegrecido. Jinx los miró con una sonrisa burlona en el rostro, sus ojos brillando con malicia por cada paso que daban.
—¿Buscándome, Caitlyn? —preguntó con sorna—. Qué sorpresa y ¡qué halago!
Caitlyn no respondió, estaba completamente concentrada en no bajar la guardia.
La peliceleste agrandó la sonrisa.
—¡Hey, que yo también te extrañé! —exclamó alzando los brazos como si en cualquier momento la sheriff fuese corriendo a abrazarla. A los segundos los bajó con falsa desilusión al percatarse de la presencia de su jodida hermana—. Ah, trajiste a Manotas. Debiste haber avisado que traerías a tu noviecita a nuestro encuentro "casual".
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Shadows of Memory 【 Jinx x Caitlyn 】
RomanceCaitlyn y la criminal más odiada de Piltover, se enfrentan en un juego mortal que se lleva a cabo durante una persecución. Sin embargo, cuando un accidente provoca que la oficial pierda la memoria, Jinx ve la oportunidad perfecta para darle un giro...