Caitlyn salió de la ducha con la mente aún nublada por el calor del agua y la fatiga acumulada de días de encierro. Se envolvió en la ropa holgada que Jinx le dejó, notando lo desgastada y ajada que estaba en comparación con sus habituales atuendos impecables de Piltover. Un escalofrío recorrió su espalda al sentir el roce áspero de la tela contra su piel, recordándole la crudeza de su situación actual.
Una vez terminó de vestirse, abrió la puerta del baño con cautela, encontrándose con Jinx apoyada contra el marco exterior. La expresión que cargaba en ese momento no indicaba nada bueno, seguía molesta por lo sucedido minutos atrás, tanto así que no se esmeró en juguetear como normalmente lo haría, causando una extraña incomodidad en el ambiente.
Con un movimiento de cabeza, posó sus ojos sobre Caitlyn con desdén.
-¿Acabaste o aún debo esperar a la delicada reina? -gruñó Jinx, sin apartarse de la puerta.
La mayor se sintió levemente intimidada por la actitud de ésta, cuyos ojos rosáceos, de manera extraña, estaban brillando con una intensidad inusual. La poca luz reflejada en sus pupilas adquirió un tono casi sobrenatural, como si estuvieran cargados de una energía que trascendía lo común. Ese brillo, lejos de amedrentarla, despertó una preocupación latente en Caitlyn, quien se preguntó el porqué de aquella tonalidad.
Jinx se percató de la mirada inquisitiva ajena y, con una risa cargada de veneno, preguntó:
-¿Esperas que me ponga nerviosa?
-¿Qué?
-No, no, alto, ¡ya sé! Eres una maldita chismosa que no sabe en qué momento dejar de meterse en cosas ajenas o quizá sí sabe cuándo dejar de joder, pero lo sigue haciendo para que le den otro golpe. Ah, eres masoquista.
-¿Puedes ser más clara y dejar de hablarme como si estuviera haciendo lo peor del mundo? Ni siquiera estoy molestándote.
-¿Entonces lo afirmas?
El rostro de la oficial mostró extrañeza, no comprendiendo la pregunta, hasta que se dio cuenta de su error. Una ola de ansiedad la envolvió, sintiendo cómo el sudor frío comenzaba a formarse en su nuca. Jinx se alejó de la pared, causando que Caitlyn retrocediera sobre sus pies de manera instintiva al ver que ésta se dirigía hacia ella. Su corazón comenzó a latir con fuerza, resonando en sus oídos. Por su cabeza pasaron varias situaciones: ser nuevamente agredida como de costumbre o que tal vez la ropa no había sido dejada allí para utilizarse. Pero jamás imaginó que su cuerpo estaría siendo acorralado en cuestión de segundos contra la superficie y la figura de la más baja. El aire se volvió denso, dificultando su respiración cuando Jinx apoyó ambas manos a cada lado de su cabeza, notando las intenciones de Caitlyn de buscar una escapatoria ante la extraña situación que se estaba llevando a cabo.
Pese a la notable diferencia de altura, Jinx acercó su rostro al de la oficial lo suficiente como para que ésta pegase su cabeza en la pared, sintiendo el frío del concreto contra su piel, para evitar cualquier cercanía que se pudiese malinterpretar. Un escalofrío recorrió su columna vertebral mientras el aroma metálico y dulce de Jinx la envolvía.
Los ojos de Jinx, grandes e intimidantes, se posaron con intensidad sobre los contrarios. Caitlyn intentó no mantener mucho contacto visual, sus pupilas dilatadas reflejando tenues tintes de rechazo ante el acercamiento. Sin embargo, terminó por ceder ante la silenciosa insistencia que clamaba por su atención, sintiéndose al instante estúpida y vulnerable. Su mente luchaba por mantener la compostura mientras su cuerpo temblaba ligeramente, imperceptible para la contraria, incapaz de controlar la reacción instintiva de querer alejarse.
-No me has respondido.
-¿Y qué quieres que te responda? Claro que no soy masoquista. Quién en su sano juicio lo sería.
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Shadows of Memory 【 Jinx x Caitlyn 】
RomanceCaitlyn y la criminal más odiada de Piltover, se enfrentan en un juego mortal que se lleva a cabo durante una persecución. Sin embargo, cuando un accidente provoca que la oficial pierda la memoria, Jinx ve la oportunidad perfecta para darle un giro...