Caitlyn despertó lentamente, sintiendo el peso de la realidad regresar como un golpe sordo. El dolor en su abdomen aún era agudo, sin embargo, notó con sorpresa que estaba siendo cuidada por alguien. En medio de la niebla de su confusión mental, observó a la mujer inclinada sobre ella, tratando de curarle la herida lo mejor que podía con los recursos limitados de su escondite.
Podía sentir cómo ésta le aplicaba una sustancia viscosa, quién sabía de qué procedencia, sobre la zona dañada de manera irregular en repetidas ocasiones sin cuidado alguno mientras le escuchaba murmurar para sí misma en compañía del sonido del suave crujir de la paja bajo ellas, sin levantar la mirada aún.
—Esto no debería haber pasado, no así... ¡no era parte del plan! Idiota, idiota, idiota, idiota, ¡idiota estúpida! —tanto en el tono de su voz y expresiones podía notar atisbos de frustración e irritación.
La oficial se sentía cada vez más desconcertada. La manera en que la chica hablaba sola, como si estuviese teniendo una conversación consigo misma, le daba a entender que algo no estaba bien con su cabeza. Sus ojos se abrieron un poco más sin quitar su atención de quien la mantenía apresada, intentando comprender el actuar de ésta.
Jinx frunció el ceño a la vez que seguía mascullando sin detener su "acción curativa".
—No puedo creer que esté haciendo esto... ¡Estúpida sheriff, siempre arruinándolo todo!
El entrecejo de la peliazul se curvó hacia abajo, denotando extrañeza. El hecho de que estuviese siendo atendida por la misma persona que hace no mucho la había torturado le causaba una sensación contraproducente a lo que debería estar sintiendo en esos momentos. Cualquiera hubiese estado aterrado teniendo a una persona, según veía, mentalmente inestable frente a ellos, no obstante, para la oficial era distinto; si bien estaba atemorizada, la curiosidad le carcomía las entrañas por saber quién era aquella delgada mujer.
—Debería dejar que se pudra aquí, ¿no? —nuevamente retomó su conversación, deteniendo momentáneamente sus movimientos, pero retomándolos a los segundos—. ¡Claro que no puedo hacerlo! ¡No soy tan mala, ¿verdad?!
La oficial se dignó, por primera vez, en observar detenidamente a la contraria. El largo cabello celeste era un detalle que no pudo pasar por alto, resaltaba en el entorno oscuro de la celda al igual que sus ojos; nunca en su vida había visto unos iris tan llamativos. "Rosados", pensó deslumbrada, desplazando sus pupilas por el resto de facciones. Estas últimas eran bastante expresivas, reflejando las emociones de su portadora en todo momento. En ese punto se preguntó qué pensamientos y sentimientos le motivaban a actuar de esa manera, era casi como ver a una persona...
—Sociópata.
Aquella palabra rompió el momento de intimidad forzada en la que se encontraban. Caitlyn se maldijo internamente, revelando su percepción de la situación. La tiradora se detuvo en seco y clavó sus ojos en la mayor con una mezcla de tenue sorpresa y hostilidad. La expresión de la oficial se contrajo ligeramente, consciente de haber interrumpido el monólogo interno de la mujer.
—¿Qué dijiste? —la voz de Jinx era más afilada, su postura se volvió un tanto más defensiva mientras miraba fijamente a Caitlyn.
La oficial se mordió el labio inferior, notando la reacción inmediata de Jinx ante su comentario inadvertido. Trató de recomponerse, consciente de que cualquier error podía empeorar la situación.
—Lo siento, no quería interrumpirte. Solo... me sorprendió escucharte hablar sola.
La más delgada ensombreció la mirada, sus manos deteniendo automáticamente su labor.
—¿Sorpresa? —el tono desafiante escapó como veneno de entre sus labios—. ¿Qué esperabas, que estuviera aquí cantando canciones de cuna mientras te curo? Soy una criminal, una loca, un monstruo bajo TUS propias aseveraciones.
ESTÁS LEYENDO
Shadows of Memory 【 Jinx x Caitlyn 】
RomantikCaitlyn y la criminal más odiada de Piltover, se enfrentan en un juego mortal que se lleva a cabo durante una persecución. Sin embargo, cuando un accidente provoca que la oficial pierda la memoria, Jinx ve la oportunidad perfecta para darle un giro...