Gossip Girl (Book 2)

Nineteen

Alanna se ha reunido con tía Jo para pedirle un consejo y, en contra de mis deseos, me obliga a ir con ella. Nada de lo que hago logra deshacerse del nudo gigante que tengo en el estómago. Nos sentamos a la mesa tomando té esperando a la tía Jo. —Realmente no quiero estar aquí.— Dije tomando un trago de mi té de hierbas para calmar mis nervios una vez más.

—Estás aquí por mí. Además, ella es nuestra tía. Eventualmente tendrás que hablar con ella.— Alanna dijo que puso los ojos ligeramente en blanco, pensando que no me di cuenta, pero lo hice.

—Me ha ido bastante bien.— Dije mientras ella entraba a la habitación.

Estaba mirando la puerta cuando la tía Jo entró en la habitación y se acercó a la mesa en la que estábamos. —Hola chicas.— Se sentó en frente de Alanna, a mi lado.

Hola.— Alanına dijo y miré mi té.

Alanna me golpeó la pierna. —Hola.— Dije en voz baja, concentrándome nuevamente en mi bebida.

—Entonces, ¿Qué es eso tan importante que querías hablar?— Preguntó tía Jo.

—Tengo que decirte algo porque necesito un consejo, pero nadie más puede saberlo.— Alanna se sobresaltó y la tía Jo parecía preocupada.

—Está bien. ¿Está todo bien?

Alanna dejó escapar un profundo suspiro mientras luchaba por pronunciar las palabras. Me estiré y tomé su mano. —Estoy embarazada.— Alanna habló en voz baja.

La tía Jo se quedó boquiabierta y luchó por encontrar las palabras adecuadas. Luego miró y encontró al camarero. —Necesito una mimosa.— Dijo y el camarero asintió. —¿Qué? Oh. ¿Le has dicho-...

Alanna rápidamente negó con la cabeza. —No. Las únicas personas que lo saben son Lena y Sebastian. No sé qué hacer. Esperaba que pudieras ayudarme a arrojar algo de luz sobre mis opciones.

La tía Jo asintió levemente dejando escapar un  suspiro. haciendo una pausa por un momento. —Bueno, es una decisión que tendrás que tomar por tu cuenta.— La tía Jo aclaró y Alanna asintió. El camarero se acercó, dejó su bebida y la tía Jo tomó un trago grande. —Pero si eliges quedarte con este niño, toda tu vida cambiará. Tus responsabilidades, tus amigos, tus condiciones de vida y todo lo demás. Luego tendrás todos los susurros y juicios de todos tus conocidos, especialmente porque no estás casada.— La tía Jo hizo una pausa por un momento y me miró antes de mirar su bebida. —Luego está lo que conlleva dar a tu hijo en adopción. La angustia de saber que no estarás presente en cada hito que tenga tu hijo. Ahí está la preocupación y el arrepentimiento de no estar haciendo lo correcto. Sentir cada patada simplemente tener tu corazón roto cada vez. Y tener que vivir con cómo se sienten cuando descubren la verdad.

—Esto no es muy útil.— Alanna dijo tomando un trago de su vaso.

La tía Jo terminó su bebida. —Pero no puedes guardarte esto para ti. Al menos tienes que decírselo al padre. Créeme, te arrepentirás si no lo haces.— Dijo tía Jo.

Creo que conseguimos lo que queríamos. —Está bien, esto fue muy útil. Me tengo que ir. Tengo planes.— Dije levantándome de la mesa.

—Espera, Lena. ¿Quizás podamos hablar de todo esto?— Preguntó tía Jo y me detuve por un momento.

Agarré mi chaqueta del respaldo de mi silla. —Me tengo que ir.— Dije alejándome de la mesa.

Salí afuera poniéndome la chaqueta. —Eso fue grosero.— Miré hacia atrás y vi a Alanna poniéndose su chaqueta.

—Déjame en paz.— Dije caminando por la acera alejándome de ella. Solo quiero irme a casa.

—¿Adónde vas?— Alanna preguntó y yo negué con la cabeza para continuar avanzando. Sólo quiero alejarme de esto. No estaba preparada para esto.