Twenty-One

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Me estaba preparando para ir a la escuela cuando mi teléfono empezó a sonar. Sé exactamente quién es y sé cómo será si no respondo. Caminé hacia mi cama, agarré mi teléfono y contesté. —¿Otra vez, Serena?— Pregunté.

—Bien. Estás despierta.

—Sí, me levanté, tal como me levanté ayer y la mañana anterior.

—Bueno, con la pesadilla de Carter y la bebida, no puedes culparme por querer ver cómo estás.

—Sigo olvidándome de preguntar, pero ¿Cómo conseguiste que Carter se fuera?

—Me hablaste de Santorini.

Asentí para mis adentros. —Cierto. Lo olvidé.— Me reí. —De todos modos, por mucho que aprecio la preocupación, mi espiral descendente está mejorando. Voy a desayunar con mi familia y luego Chuck me recogerá para ir a la escuela.

—Ew, tú y Chuck.— Serena se rió y salí de mi habitación. —Tengo que conseguir algunos pasteles para nuestro nuevo desayuno familiar.

—Diviértete. Te veré en la escuela.

—Esta bien adiós.— Colgué el teléfono y me dirigí al comedor donde mamá estaba sentada mirando una revista sobre casas y, para mi sorpresa, papá estaba sentado allí leyendo el periódico.

—¿Serena?— Preguntó  mamá y yo asentí sentándome y tomando un trozo de tocino.

—Sí, estoy esperando que terminen las llamadas de chequeo, pero ella no puede cuidarnos a mí y a Blair al mismo tiempo para siempre.— Terminé el tocino y tomé un vaso para tomar un poco de jugo de naranja.

—Eso es lo que pasa cuando tienes buenos amigos.— Dijo papá.

—No tienes que preocuparte de que Serena cuide a Blair.— Dijo Sebastián entrando a la habitación. —Nate está haciendo eso.— Se acercó a la mesa y se sentó.

—¿Nate?— Le pregunté y él suspiró.

—Sí, bueno, Yale no es lo único que explotó durante este caos.— Sebastián tomó un par de panqueques.

—Nadie maneja bien el cambio—. Papá dijo y miré a mamá.

—Entonces, ¿deberíamos hacer las maletas?— Pregunté y mamá me miró confundida. Asentí hacia la revista de casas.

—Oh, no, sólo estoy mirando.

Terminé el desayuno antes de tomar mi bolso y caminar hacia el ascensor. Bajé y encontré a Chuck parado afuera de su limusina esperándome. —Buen día.— Dije presionando mis labios contra los suyos.

Chuck tarareó contra mis labios. —Buen día.— Chuck me sonrió.

Chuck mantuvo abierta la puerta y me dejó entrar a la limusina antes de entrar conmigo. Me tomó la mano mientras la limusina se dirigía a la escuela. —Estoy pensando en ir a Columbia a estudiar negocios. Sé que siempre me fijé en Harvard, pero no quiero dejar a mi familia ni a mis amigos ahora mismo. Y Columbia es una buena escuela.— Miré a Chuck. —¿Qué piensas?

Chuck me sonrió apartándome el pelo de la cara. —Creo que podrías hacer cualquier cosa.— Sonreí y Chuck me besó.

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Me estaba poniendo el vestido para la fiesta de Serena y estaba hablando por teléfono con ella y Blair al mismo tiempo. Blair estaba hablando de Nate y Vanessa y me siento muy perdida en este momento. Siento que me perdí algo. —Espera. Retrocede, Blair. ¿Nate y Vanessa rompieron?— Pregunté acercándome para sentarme en mi cama y agarrar mis zapatos. Supongo que Sebastian no quiso decir que Nate estuviera cuidando a Blair como a un amigo. Oh oh.

—Oh, tuvieron una pelea después de la fiesta de Van Der Bilt, no habían hablado durante una semana y rompieron anoche.— Blair explicó.

—¿Cómo sabes todo esto? ¿Nos has dejado por Vanessa?— Serena bromeó y yo me reí.

—No. Sólo he estado pasando mucho tiempo con Nate.— Dijo Blair.

—¿De dónde viene esto?— Pregunté.

—¿Qué?— Preguntó Blair.

—¿Nate y tú? ¿Después de todo lo que habéis pasado?— Preguntó Serena. —¿Estás segura de que no es sólo porque Nate no es Sebastian?

—Pensé que Sebastian era mi futuro, Nate una parte de mi pasado. Pero ahora estoy pensando que Sebastian era algo que tenía que sacar de mi sistema para darme cuenta de que Nate era mi destino desde el principio.

Me encogí de hombros a pesar de que no pueden verme. —Bueno, si eso es realmente lo que sientes, entonces me alegro por ti.— Dije. —Tal vez Nate es lo que necesitas. No hay nada picante en la vida de Nate.

—Nate y yo tenemos mucho drama, chispas y fuegos artificiales.— Blair dijo poniéndose a la defensiva.

—Ajá. Estoy segura de que el señor bueno-dos-zapatos está lleno de chispa.— Me burlé.

—¿Cuándo llegarán a mi fiesta?— Serena preguntó cambiando de tema y me levanté para mirarme mejor en el espejo.

—Te refieres a la fiesta de Jenny.— La corregí.

—Me tengo que ir. Lo siento.— Serena dijo y escuché un clic en la otra línea.

—Te apuesto veinte dólares a que esto sale completamente mal.— Dije quitándome los zapatos para cambiarlos por otro par.

Blair se rió. —No necesito apostar para saber que eso va a suceder.— Dijo antes de que colgáramos el teléfono y pudiera terminar de prepararme.

Chuck y yo salimos del ascensor para entrar a la fiesta. Chuck tenía sus brazos alrededor de mí, sus labios contra mi oreja. —Sabes que podríamos saltarnos esta fiesta.— Chuck me susurró al oído.

—Tenemos que saludar, pero después de eso puede pasar cualquier cosa.— Me volví y Chuck presionó sus labios contra los míos. Noté a Sebastian entre la multitud de personas al azar junto a Vanessa. —Regresaré enseguida.— Le dije a Chuck antes de alejarme. Caminé hacia Sebastian, agarrándolo del brazo y apartándolo de Vanessa. —¿Qué estás haciendo?— Pregunté y Sebastian se encogió de hombros.

—Me estoy divirtiendo.— Dijo Sebastian y puse los ojos en blanco.

—Con Vanesa.

—Estoy intentando algo nuevo.

Me crucé de brazos. —¿Qué pasó con terminar con el drama?

—Ser maduro no me dio nada más que ver a Nate con Blair. Así que estoy probando un nuevo enfoque.

—Eso es algo que yo haría. Se supone que eres mejor que eso.

—Esto es más divertido.— Solo sacudí la cabeza antes de alejarme de él. Ni siquiera sé qué decir a eso.

Entré al dormitorio de Serena y vi a dos personas teniendo sexo. Iba a agarrar la blusa que le preste antes de irnos. Esto es una locura. Salí corriendo hacia Serena. —¡Hay extraños teniendo sexo en tu cama!— Entré en pánico y Serena me miró sorprendida.

—Ay dios mío.— Dijo alejándose con Dan.

Después de eso, me acerqué a Chuck y lo agarré del brazo. —Vamos a salir de aquí.— Dije alejándolo.

—Feliz de que lo digas.— Dijo Chuck, acercándome a mí mientras gente borracha se movía por el apartamento.

Subimos al ascensor. —Vi a dos personas teniendo sexo.— Dije mirándolo.

—¿Cómo se veía?— Chuck preguntó y no pude evitar reírme.

—Podríamos hacerlo mucho mejor.— Envolví mis brazos alrededor de su cuello.

Gossip Girl (Book 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora