When the saints go marching || Freddytabo

1. Sombras

— Lo lamento, hicimos todo lo que pudimos. Le daremos todos los cuidados necesarios, pero ahora depende de su cuerpo vencer esta batalla. Quiero que entiendan que siquiera es seguro que vuelva a despertar.

Las paredes blancas parecían tornarse oscuras, el ambiente pesado, no se podía respirar normalmente. Las palabras de la directora Castro había dejado a todos los presentes en ese pasillo del hospital congelados. 

Un mal procedimiento por parte de la malla y un robo a Fleeca se habían cobrado la salud del superintendente. El cual ahora pendía de un hilo en la cama del hospital de Los Santos.

Murray, Gordon y Freddy no salían de su asombro. Los tres tomaron asiento en el pasillo mientras Castro se había ido con intenciones de traer las cosas que tenía Conway al ingresar al quirófano.

Abundaba el silencio entre los tres hombres que no podían salir del trance que les había dejado la noticia.

Hasta que Gordon fue el primero en pronunciar palabra. 

— ¿Quién va a decirle...?  – El subinspector se quitó sus característicos lentes y miro con desconcierto al Comisario y a Murray. 

— Hemos esto hecho muchas veces con las familias de muchos casos que estuvieron en nuestras manos...Nunca creí que darle una noticia así a uno de los nuestros iba a ser tan difícil. – Añadió Murray. 

Castro había regresado dónde los hombres con una bolsa de Plástico en dónde estaba la ropa ensangrentada de Conway, la placa, el arma reglamentaria y otros artilugios. La mujer se acercó directamente al Comisario para dársela. 

— Aquí está todo lo del superintendente. 

— Muy bien...— Freddy tomo con gran pesar la bolsa con las pertenencias de su compañero. 

— Y aquí tengo algo más, prefiero dártelo en mano. No quería que se perdiera por algún descuido — Dijo la doctora, sacando de su bolsillo un anillo de oro para entregándoselo inmediatamente también.

— ¿Qué es eso, Trucazo? — Murray levanto una ceja con total curiosidad. 

— Es el anillo de compromiso del neno. — Guardo el anillo en el bolsillo superior de su camisa.

 — ¿Como diablos voy a explicarle a Gustabo que Jack está en coma?

— Bien, pueden venir a verlo cuando deseen. Y si necesitan ayuda con aquel asunto...Llámenme.

Mientras tanto en otro lado de Los Santos, se encontraba el Inspector jefe García y el Alumno promesa Isidoro. Ambos acaban de terminar una breve persecución, el cielo se tornaba gris y la amenazante alarma de un posible diluvio se comenzaba a divisar ante sus ojos. El de ojos celestes se perdió por unos instantes en aquellas nubes, perdido en sus pensamientos hasta que la voz chillona de Isidoro, lo saco de allí.

— ¡Un éxito más para Gustabo e Isidoro! — Mencionaba super alegre el alumno promesa, quien festejaba que habían logrado realizar un asalto a Badulaque con total éxito. 

El rubio solo se limito a sonreírle a su compañero antes de seguir patrullando. Había una punzada en su pecho que le decía que algo iba mal, así que sin decir ninguna palabra fue hasta la Comisaría con el zeta.

Había tenido un día bastante complicado, empezando con que al despertarse su prometido ya no estaba junto a él y de hecho eso era algo bastante normal pero no dejaba de cambiarle el humor al rubio. 

La noche anterior habían tenido una pequeña discusión entre ellos, ya que Conway le reclamaba a Gustabo sobre su amistad tan cercana con James Gordon. Y ver cómo Gus defendía esa relación que tenía con el subinspector, hizo que Conway se fuera a dormir así sin más, abrazado únicamente a los celos que le provocaba el de menor rango.