7.

182 31 8
                                    

Aquella coqueta sonrisa en los labios ajenos lo tenía realmente mal. Se acercó a él y el chico se levantó de su asiento solamente para pararse frente a él.

—¿Estás mudo?— Niki negó con la cabeza y le regalo una simpática sonrisa.

—Buenos días Sunoo.— una sensación de bienestar lo inundó en cuanto sintió los suaves labios ajenos sobre su mejilla.

—Ayer no pudimos hablar mucho, ¿no? — Niki aún seguía en transe.

¿Era así de coqueto siempre?

—¿De qué quieres hablar Sunoo?— Dios, adoraba cómo sonaba su nombre.

—Sobre ti, me interesas, Riki.— Oh, sonaba aún mejor su nombre proviniendo de él.

—Puedes preguntarme lo que desees, ¿sabes?—

—Salgamos saliendo de clases, ¿puedes?— preguntó en voz baja, casi inaudible mientras jugueteaba con uno de sus audífonos.

—Claro, salgamos.—

—¡Perfecto!—






















































































Y ahí estaba Niki con ambas manos en su malteada observando como el de cabello rojizo devoraba su rebanada de pastel de limón.

—Y...— murmuró sin saber que más decir.

—Lo lamentó Niki, es que hace mucho no comía postres y me emocione— una sonrisa vergonzosa se formó en el rostro ajeno y Niki solamente sintió su corazón acelerarse.

—Te ves muy hermoso comiendo, creo que podría observarte por horas— dijo sincero mientras pasaba su dedo por los labios ajenos limpiando el betún, después llevándoselo a su propia boca. —Delicioso—

El rostro de Sunoo ardía de lo rojo que se había puesto y es que Niki era tan atractivo, según él.

—Cuéntame sobre ti... Quiero saberlo todo. — se apoyo en sus manos y le miró atento.

— Estudió administración... Fui obligado a eso, tengo diecisiete años, soy hijo único... — realmente no había mucho que decir.

—¿Tienes novio?— y Niki negó.

—¿Te gusta alguien? — no supo exactamente que responder.

—De acuerdo — Sunoo sonrió mientras acariciaba con cuidado su brazo, ocasionando escalofríos en Niki.

—Oh... ¿Siempre viajas en autobús? Verás yo tengo un auto y recién me lo regresaron, puedo pasar por ti e ir a la escuela juntos.—

—¿En serio? Por mi estaría genial, odio el estúpido autobús, así que sí, gracias.— el mesero con la cuenta había vuelto y Niki se adelanto a pagar, los mil pedazos de pasteles que había comido Sunoo y su café.

Ambos se levantaron y se dispusieron a volver a sus hogares.

Ese día fue el primer beso que ambos se dieron, ese día Sunoo le robo un pequeño beso a Niki.

Ese día tuvieron su primer beso con sabor a limón.

Y ese día Niki cayó ante aquel hermoso chico con labios de terciopelo.

Obsession ⪼ SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora