9.

172 27 9
                                    

Las manos le sudaban, se había visto al espejo como diez veces en la última hora. Sunoo lo había invitado a cenar y conocer a sus padres. Era un paso importante para él, para ambos.

Acomodó por onceava vez su cabello y se dispuso a salir de su hogar, tardó como diez minutos en llegar a la casa de su amado, tocando el timbre con los nervios a flor de piel.

—Oh, ¿Niki? Adelante cariño, pasa.— la madre de Sunoo lo recibió con una preciosa sonrisa, Niki ya sabia de quién la había sacado.

—Buenas tardes, muchas gracias.— con una pequeña reverencia entró.

—Sunoo está arriba seguramente acabando de alistarse no sé si quieras esperarlo o subir por él, ¿sabes donde está su habitación?— pregunta.

Como no iba a saber donde estaba si cientos de veces habían subido a ella para hacer el amor.

—Claro que sé donde está...— sonrió para si mismo. —Con permiso. — y dicho eso caminó hasta las escaleras subiéndolas con cuidado. Dónde se topo de frente al señor Min, Sunoo le había contado sobre él.

Una mierda andante. Pensaba Niki con fastidio por la pesada mirada del señor.

Se quedaron viendo por varios segundos y los pasos de Sunoo hicieron a Niki voltear, Sunoo le sonrió con ternura y luego observo como su padrastro no hacia otro movimiento, solamente se había quedado viendo a Niki con detenimiento.

El japonés lo notó y solamente aclaro su garganta.

—Buenas tardes.— saludo después de unos cuantos segundos.

—Estarás contento Sunoo, trajiste al marica de tú novio a casa, no sé como tú madre te aguanta. Tu padre estaría avergonzado de lo que te convertiste.— dicho aquello el señor Min pasó de largo golpeando el hombro de Niki.

Los ojos de Sunoo se habían llenado de lágrimas, odiaba que lo atacará con su difunto padre y odiaba sentirse inseguro de quién era. Niki solamente avanzó con rapidez los tres escalones que le faltaban para llegar a él y lo abrazó con fuerza.

Por otro lado el señor Min bajó tres de los escalones y tropezó, cayendo al piso escuchándose un fuerte golpe en el piso de abajo, unos segundos después se escuchó un grito proveniente de su madre.

Sunoo y Niki bajaron a toda prisa viendo al señor tendido al final de las escaleras y pequeñitas gotas de sangre, la impresión los dejo en shock.




























No debiste decir eso de Sunoo, no debiste hacer llorar a mi razón de vivir.

Obsession ⪼ SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora