11.

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Estaba parado en medio del pasillo con los ojos llenos de lágrimas, Asakura Jo estaba apenas unos cuantos pasos más adelante, no quería pasar cerca de él, no porque sabía que le haría daño.

—¿Estás bien Sun?— escuchó a Jay detrás de él, se sobresaltó con tan sólo oír su voz.

Sus pensamientos estaban mezclados, él no quería coquetear con Jay, era el novio de su mejor amigo y no sentía nada más que amistad por él. Sunoo adoraba a Jungwon y jamás le haría daño.

—Sun.— Jay lo volvió a llamar, Sunoo negó y camino, queriendo estar lejos de él ya importándole poco sí pasaba cerca de Jo.

—¡Sunoo!— Jo lo llamó, pero lo ignoró y camino derecho.

La sonrisa en el rostro del alto se desvaneció, creía que las cosas con él estaba yendo por buen rumbo.

Ya hasta le había hablado de Sunoo a su madre. Pero de un tiempo para acá Sunoo lo evitaba, ya no regalaba esas hermosas sonrisas que lo dejaban sin aliento.

Por otro lado el pelinegro se encerró en uno de los baños de la universidad y ahí al fin pudo soltarse a llorar.

Escucho pasos y tragó con nerviosismo, podría ser Jo y no, no quería verlo.

—Abre, soy yo.— escucho la voz del japonés, inmediatamente su cuerpo se tenso, abrió con lentitud y salió del cubículo, encontrándolo recargado contra la puerta.
—¿Por qué estabas llorando?— dice suave, mientras cierra la puerta con seguro y camina hasta él.

—Y- yo... No puedo coquetearle a Jay, no me gusta y Jungwon es mi mejor amigo. Jamás le haría algo así.— cerró sus ojos con temor al decir eso, no quería ver la reacción del japonés.

—Shh mi bebé, no es motivo para llorar.— el chico lo abrazo contra su pecho acurrucándolo, comenzó a dejar suaves caricias sobre su espalda tratando de calmarlo pero Sunoo solamente lloró más.

—Vi que ignoraste a ese imbécil, te felicitó mi amor, se quedó tan triste. Nadie puede tenerte más que yo.— lo alejo con cuidado, frunciendo el ceño al observar las espesas lágrimas del chico con apariencia de ángel.

—Pero deja de llorar, me rompe el corazón verte así.— se dedicó a besar todo su rostro, para Sunoo esos besos eran como fuego, pero no del fuego que es cálido y te reconforta, si no del fuego que te quema y lástima. Y Sunoo se estaba quemando.

—N- no... No puedo hacerle daño a Jungwon, Niki. Por favor, no quiero nada con Jay, tú dices que soy sólo tuyo y cómo voy a coquetearle a Jay.— Niki respiro hondo y subió su mano hasta su perfecto cuello, dejándole suaves caricias.

—Odio a Jungwon, odio que te este cuidando de mi, odio que crea que estoy enfermo, odio que te aleje cada que quiero estar contigo. Si fuera por mi, tendría el mismo destino que él hijo de puta de tú padrastro, ¿Eso quieres?— Sunoo lo miraba con temor, sabía que sí sería capaz de dañar a Jungwon y él no lo permitiría, así que inmediatamente negó.

—Ya sabía, pero sé que tú lo quieres y mientras me obedezcas no le sucederá nada malo, te lo prometí y sabes que siempre cumplo mis promesas. Así que solamente te pido que arruines su relación con Jay para que Jungwon te odie y ya nadie te aleje de mi.— Sunoo quería vomitar.

Ojalá hubiera visto el monstruo que el japonés era detrás de esa amable sonrisa.

—¿P- puedes darme tiempo? Y- yo... Necesitó pensar en como hacerlo.— Niki sonrió amplio, encantado con lo precioso que era su bebé.

—Eres una maldita zorra Sunoo, pero te amo.— el chico solamente bajo la mirada, sintiéndose patético y sucio.
—Pero nada es tan fácil Sunoo, sí quieres que te de tiempo. Sabes muy bien lo que tienes que hacer.— el nipón llevó sus manos a su cinturón comenzando a quitarlo.

Y Sunoo solamente se arrodillo frente a él sin decir absolutamente nada.

Pero jamás dejaría que algo malo le pasará a Jungwon.

Obsession ⪼ SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora