17.

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La clase de ética no era la favorita de Sunoo, se encontraba escribiendo lo que el profesor escribía en el pizarrón, sin mucho interés, era la última clase de su aclamado viernes.

Juraría que moriría de aburrimiento, pero la puerta del aula fue abierta de golpe, dejando ver la figura de Nishimura Riki, el chico que rondaba por su mente estos últimos días, una sonrisa adorable se formó en sus labios al verlo.

—Se puede saber, ¿por qué abres así e interrumpes mi clase jovencito?— el chico, apenas recuperaba el aliento y volteó a ver al profesor.

—¡Lo lamento! Nunca he sido paciente, ¿me da unos diez minutos? Debo hacer algo, si no siento que moriré.— sin esperar respuesta del profesor, Niki camino hasta donde Sunoo, sujetándole la mano.

—Y- Niki... — el chico se sonrojó por aquel acto tan repentino, pero sin protestar más se puso de pié.

—Sunoo llevo todo el día esperando a que se acaben las clases pero no pude soportarlo más... ¡Me gustas!— un owww de toda la clase incluido el profesor Donghae se escuchó, las mejillas de Sunoo estaban rojizimas.
—Sé que todavía no nos conocemos muy bien, pero créeme cuando te digo que me gustas, casi desde el primer momento en que te vi y no soporto un segundo más, ¿Quieres ser mi novio? Te daré muchísimo amor y te cuidaré con mi vida. Es una promesa.

Toda la clase estaba expectante a aquella escena casi salida de un drama.

—Claro que quiero Riki.— respondió Sunoo con voz suavecita y el japonés no tardó en besarlo con dulzura.

Ese día Niki y Sunoo salieron de la universidad con las dedos entrelazados y los corazones latiendo muy fuerte, aunque claro está uno de esos corazones latía con más fuerza.

Para la mañana siguiente todos sabían de la nueva relación de Niki y Sunoo, todos tarde o temprano sabían que los esfuerzos del japonés en enamorar al coreano funcionarían.

Todos estaban seguros que Nishimura amaría y cuidaría a Sunoo.

Algunos otros decían que no durarían mucho.

Y otros afirmaban que Sunoo solamente había aceptado por la presión social, pero claro que los que decían eso eran pretendientes de Sun, pobres almas.

Niki jamás dejaría a Sunoo, ni por chiste.

Y desde ese momento Sunoo supo que a casi nadie le interesaba lo que él sentía u opinaba, se sintió como un lindo accesorio a lado del chico con sonrisa preciosa. Amaba a Niki, pero a veces dudaba si tanto como Niki lo amaba a él.

Obsession ⪼ SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora