Capítulo 10.

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Xi Hua se quedó mirando a Mikhail dormir encima suyo, parecía un cachorro abandonado que solo quiere obtener un poco de amor de cualquiera que esté dispuesto a dárselo.

— Tonto... No era necesario que tuviéramos relaciones sexuales... Ya de por sí estoy esperando un bebé tuyo, no hará mayores cambios si sigues corriéndote dentro de mí... —murmuró acariciando suavemente su cabello—. Lo siento... No puedo dejar que te enteres de esto, no quiero arruinar tu vida...

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, se sentía completamente perdido, no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien o no, a pesar de que los mejores amigos de sus padres habían cuidado de él y le habían enseñado, nunca había aprendido a expresar bien sus sentimientos y en muchas ocasiones se sentía perdido sin tener a quién recurrir.

Esperó un poco más, para asegurarse de que Mikhail no despertaría, antes de moverlo con cuidado, se levantó de la cama y puso algunas almohadas y ropa suya en su lugar para que aquel alfa no se despertara. Sin hacer ruido, se vistió y sacó absolutamente todas sus cosas de la casa o bueno, casi todas. No fue capaz de despedirse del menor, así que solo se fue de la casa sin dejar ninguna nota ni nada.

Comenzó a caminar en dirección de su consultorio, necesitaba darse una ducha y despejar un poco la mente.

— ¿Estás bien? No tienes un buen aspecto... —murmuró una voz extremadamente conocida.

— Gu Jae Byun, ¿qué haces aquí? Creí que estabas en aislamiento forzoso por un mes...

— Si, pero me dejaron salir por admitir mi error... Por cierto, ¿por qué hueles tanto a alfa? Llega a ser sofocante... Y no me contestaste, ¿te encuentras bien?

— Siendo sincero, no te interesa, pero eso da igual, necesito pedirte un favor, no dejes que nadie de los compañeros de Mok Seok venga a mi consultorio... Bueno, en realidad... No dejes que nadie venga, solo puede pasar mi hermano. —pidió antes de simplemente ingresar a su residencia privada.

Se fue a dar un baño de agua fría, tratando de enfriar su mente y pensar correctamente las cosas. Tenía que decirle a Mikhail que estaba en cinta, pero por alguna razón le daba miedo hacerlo, sentía que el menor odiaría la idea y ya de por sí estaba enojado con él por el hecho de que tendrá que casarse, no se imaginaba como se pondría al enterarse de que le ocultó el embarazo.

Escuchó su celular sonando y solo hizo oídos sordos, no quería hablar con nadie, solo quería desaparecer o despertar de este mal sueño. Tras terminar de ducharse, se secó y vistió rápidamente, sabía perfectamente que Jae no sería rival para sus padres o para Mik.

Tomó su celular solo para ver quién lo había llamado y dejó escapar un fuerte bufido, tendría que entrar en reclusión si quería evitar a Mik durante la última semana que estarían en la isla, le envió un mensaje a su hermano menor diciéndole que estaría en reclusorio hasta que fuera momento de que regresen a casa.

Por su parte, Mok Seok se puso bastante mal al enterarse que ya no vería al mayor, ya se había acostumbrado a pasar casi todo el día con él. Además, Mik le había ido a preguntar si sabía que le ocurría a Xi Hua, a lo que obviamente no podía responder con la verdad, así que solo negaba con la cabeza o evitaba la pregunta cambiando de tema.

La última semana pasó demasiado rápido, y como lo prometió, Xi Hua salió de reclusión para despedirse de su hermanito, sus padres y de los demás, al sentir la mirada fulminante de Mikhail, se le pusieron todos los pelitos de punta, estaba horriblemente nervioso y se sentía demasiado culpable al estar negándole estar al lado de su bebé, durante todo el trayecto hasta el aeropuerto, no fue capaz de mirar al menor, que seguía cada uno de sus pasos con la mirada sin decir nada.

Suspiros de Lamentos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora